Los agresores manifestaron su descontento y argumentaron que esos servicios de transporte representan una competencia desleal que ha disminuido los ingresos de las familias de la colonia hasta en un 50 por ciento.

Antonio Gómez Barajas, dirigente del movimiento social Benito Juárez, aseguró que la omisión de las autoridades capitalinas ha permitido que estos vehículos se estacionen en las cinco calles principales del Peñón, “sin que nadie los moleste” y den servicio en la zona del aeropuerto, con lo que se afecta a las cinco bases de taxis autorizadas.

Los operadores de vehículos como BMW, Mercedes Benz, Audi y Jetta de modelo reciente ocupan las calles o el quiosco “para hacer sus necesidades fisiológicas y molestar a las mujeres que por ahí transitan”; mientras a nosotros nos obligan a pagar uso de suelo para estacionarlos y de no hacerlo, nos multan o remiten al corralón, añadió.

Mencionó que dichas unidades pueden “cargar sin problemas pasaje en el aeropuerto con el permiso del comandante Arroyoo de la policía federal, a quien le entregan una cuota mensual por su apoyo”.

La empresa Cabify informó que ninguno de sus autos resultó dañado, como informaron vecinos y taxistas de la zona, pues “aun cuando se presta servicio en los alrededores de la zona del Aeropuerto, no realizamos base, ni ofrecemos el servicio de manera directa a los usuarios, solo a través de apps”.

En su cuenta de Twitter, Uber dijo que los hechos son un "ataque gravísimo al derecho de ganarse la vida dignamente" y condenó la violencia.

Además, en un comunicado dijo que el ataque se produjo contra "socios-conductores de Uber" con palos, piedras, huevos y harina.

"Sucesos como éste son completamente inaceptables y confiamos en que las autoridades actuarán para que se haga justicia".

La jornada