Debido a que la televisora no está legitimada para solicitarle al máximo tribunal que resolviera la demanda, la empresa de Emilio Azcárraga le hizo llegar un escrito a los ministros de la sala en el que les solicitaba que alguno de ellos “hiciera suya” la propuesta y le presentara a sus compañeros un proyecto de resolución al respecto.
El proyecto de dictamen tendría que haber sido analizado por el pleno de la primera sala para resolver si aceptaban o no ejercer su facultad de atracción.
Sin embargo, después de unos días, los ministros hicieron caso omiso a la petición por considerar que no cumplía con requisitos de importancia y trascendencia jurídica que exige este tipo de asuntos para que sean conocidos por la Corte.
Jesús Aranda, La Jornada