Estela no se dio cuenta de que estaba siendo víctima de un robo, mucho menos a plena luz del día y con su chofer estacionado en frente de la Basílica. A partir de ahí, asegura, perdió toda noción del tiempo; siempre permaneció consciente pero en estado pasivo, sin poder resistirse a la asaltante. Le ordenó al chofer “que se diera la vuelta en el auto;llegó otra mujer y me llevaron caminando al banco, donde me hicieron retirar 45 mil pesos”. Luego, como le indicaron, se quedó esperando en una hamburguesería de Zapopan hasta las 16:30 horas.
“Ahora siento mucha impotencia; a una conocida mía le pasó lo mismo en La Estancia, le robaron 150 mil pesos”. La doctora de la víctima comenta que al menos se ha enterado de ocho casos similares de conocidos.
Si bien Estela Villaseñor no se hizo análisis toxicológicos ni presentó una denuncia, los efectos secundarios indican que podría haber sido drogada con el alcaloide escopolamina, también llamado burundanga. El problema no pasa, hasta ahora, del dominio del mito urbano, y no hay ni una denuncia formal; en cambio, historias como la de Estela.
