Jorge Villaseñor Martínez, vocero de la institución, mencionó que Alfonso Hernández Camarillo, quien trabajaba como velador en el predio donde fueron desenterrados los cuerpos, tenía una relación sentimental con la mujer, y según la declaración de su hermana, la última vez que se le vio con vida fue cuando acudió al terreno que vigilaba para visitarlos.
Agentes de la fiscalía se trasladaron al terreno, donde el propietario notó que había tierra removida en el extremo contrario al lugar donde pernoctaba el velador, quien no ha sido localizado.
Además del cadáver de Erika Noemí Franco Gómez, de 24 años de edad, los agentes ministeriales localizaron también los cuerpos de sus hijos Jennifer, de 3 años y Kevin Alejandro, de seis.
La madre de los pequeños abría sido ahorcada, mientras que estaban pendientes los resultados de la necropsia de los infantes.
Se cree que Hernández Camarillo de 56 años de edad, abría escapado quizá hacia Guanajuato, pues según las primeras indagatorias tiene un domicilio en aquella ciudad, por lo cual la Fiscalía de Jalisco solicitará la colaboración de la Procuraduría guanajuatense, admitió Villaseñor Martínez.
Juan Levario, Milenio