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Sábado, 21 Marzo 2015 18:29

Falleció el Hijo del Perro Aguayo

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La muerte fue causa de un fuerte golpe en el cuello

La lucha libre mexicana está de luto una vez más. Pedro Aguayo Ramírez, mejor conocido como el Hijo del Perro Aguayo, falleció la madrugada de este sábado en Tijuana Baja California.

 

Durante la función realizada en la promotora CRASH de Tijuana, donde el Hijo del Perro enfrentaba a Rey Mysterio Jr., el “Can” cayó inconsciente a la lona, por lo que fue trasladado de emergencia a un hospital cercano.

Más tarde, se reportó el fallecimiento del luchador mexicano por un traumatismo cervical, a consecuencia de un fuerte golpe en el cuello.

La muerte fue confirmada por varios luchadores, como el Hijo del Santo, L. A. Park, Damian 666 y X-Fly, algunos presentes en el Hospital del Prado en Tijuana donde fue atendido, posteriormente, la empresa AAA dio la noticia.

LAS DRAMÁTICAS ESCENAS

En este video, propiedad del portal SanDiegoRed. com y reproducido por nayaritenlinea.mx se puede observar a un Perro Aguayo inconsciente dramáticamente, incluso su rival Rey Mysterio Jr. se acerca a ver qué tiene, pero luego continúa con la lucha.

Unas imágenes que le darán la vuelta al mundo por lo dramáticas, pero que requieren de discreción para ser observadas, por lo impactante de su contenido.

En este otro video se observa la patada propinada por Rey Mysterio que a la postre le costó la vida al Perro, una acción como se ven miles en la Lucha Libre, pero que lamentablemente ahora tuvo un fatal descenlace.

Como vivió toda su vida.

El Perro subió por primera vez a un ring a los 15, cuando no era más que un chico flaco que en cualquier momento podía ser aplastado por uno de estos tipos en mallas que pesan más de cien kilos. Su primera gran lucha -aunque no fue cabeza de cartel- la libró en 1995 en la Universal Wrestling Association, o mejor dicho el Toreo de Cuatro Caminos de la Ciudad de México; pocos espectáculos como este mezclan con tanta maestría lo bizarro y lo grandilocuente.

Aguayo heredó de su padre, un luchador en la década de los 70 que enfrentó a mitos como El Santo, la habilidad en el cuadrilátero y el buen ojo para los negocios. Trabajó para empresas importantes de la lucha libre como Triple A, pero donde más éxito tuvo fue con la suya propia, Los Perros del Mal. El Consejo Mundial, otras de las empresas de este show,  lamentó en su cuenta oficial de Twitter lo sucedido: "La pena embarga de nuevo nuestos corazones. Descanza en paz, Hijo del Perro Aguayo".

Es de noche y el auditorio de Tijuana está repleto. Se disputa un dos contra dos al mejor de tres caídas. El Perro recibe una patada en la cara en el minuto seis de la pelea. A continuación, otro luchador le enrosca las piernas en el cuello y lo lanza fuera del cuadrilátero. Se ve que el Perro hace por caerse, como si se zambullera en una piscina. Vuelve de inmediato. Rueda en la lona. Cuando se está incorporando, Rey Mysterio, un amigo de la infancia, le golpea el pecho con las dos piernas por delante ("No deberíamos cuestionar los designios de Dios", tuiteará Rey Misterio al día siguiente). Aguayo sale despedido contra las cuerdas. En ese momento ya está inconsciente.

Nunca más despertará.

La pelea continúa dos minutos más. El griterío del público poco a poco se va apagando. Los tres luchadores en pie siguen con el espectáculo, como si nada. En ese instante hay varias personas alrededor de Aguayo. Un tipo (el ex luchador Konan) lo intenta reanimar zarandeándolo. Le refriega en la cara una toalla blanca. Por las imágenes, no se aprecia que tuviera asistencia médica inmediata. Una mujer de la organización lo va empujando fuera del cuadrilátero hasta dejarlo arrinconado en una esquina. "¡Perro! ¡Perro¡", grita el público, que empieza a darse cuenta de que algo ocurre. 

Los carteles luminosos anuncian hamburguesas grasosas. Rey Mysterio agarra el micrófono y suelta un discurso con modulaciones de voz que buscan agitar a la grada. Pide, en medio de la conmoción, que dejen un pasillo libre para que el herido sea sacado en volandas. La escena recuerda a los últimos momentos con vida del torero Paquirri en la plaza de Pozoblanco, donde se desangró en una enfermería de mala muerte. Rodeado de gente que no podía o no sabía salvarlo. Así murió El Hijo del Perro Aguayo.

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