Son los Arellano Félix, los fundadores del cartel de Tijuana, que dominó buena parte del narcotráfico en México durante finales del siglo XX, y que desató una sangrienta lucha territorial contra el cartel de Sinaloa, fundado por el que se convertiría en el capo más poderoso del mundo, Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada y el cartel de Juárez, encabezado por Amado Carrillo, El Señor de los Cielos.
La guerra entre carteles causó miles de muertes en el noroeste de México. Tan solo uno de los hermanos, Ramón, es señalado como responsable de la masacre de doce miembros de una sola familia en Ensenada en 1992. Murió en un tiroteo en febrero de 2002. Tras su muerte, el resto de los hermanos se sucedieron para conservar el mando de la organización pero, uno a uno, fueron cayendo. Benjamín, que era el principal líder, fue capturado en marzo del mismo año. Francisco Javier fue arrestado en 2006 en Estados Unidos.
A Eduardo lo detuvieron en Tijuana en 2008.Y a Francisco Rafael lo mtó un sicario vestido de payaso en una fiesta en Los Cabos en octubre de 2013. Entonces asumió el poder de la organización, ahora debilitada, una mujer que incluso estaba entre los invitados a esa fiesta: Enedina, una de las cuatro hermanas del clan y la más activa en los negocios familiares.
Para las autoridades mexicanas y estadounidenses, la caída de los hermanos Arellano Félix significó la señal de que el otrora poderoso cartel de Tijuana había quedado diezmado. "El cartel es solo un cascarón de lo que un día fue, solo que ahora opera de una manera distinta", reconoce una fuente policial.
Enedina Arellano Félix, de unos cincuenta años, suele pasar desapercibida en los listados de los capos más poderosos de México, pese a que es la única lideresa que encabeza un cartel del narcotráfico, según indica la DEA. "Discreta", la define. Le llaman La Jefa o Narcomami y ya era señalada como la mujer más poderosa del mundo de las drogas desde 2008 por la misma institución. Se dedicaba a administrar las finanzas del grupo y, cuando debió asumir el poder de la organización junto con su sobrino, Fernando Sánchez Arellano, optó por negociar con los enemigos acérrimos de su familia, los líderes del cartel de Sinaloa. Sánchez Arellano, alias El Ingeniero, fue detenido en 2014 cuando veía por televisión el partido entre la selección de fútbol mexicana y el equipo nacional de Croacia en el mundial de Brasil.