De acuerdo con testimonios recabados por agentes municipales, cerca de las 03:00 horas se registró una pelea en el interior de una cantina llamada La Selva.
Al menos dos hombres involucrados en la gresca fueron sometidos por un grupo de civiles armados que los sacaron del lugar y les dispararon a mansalva.
Uno de ellos fue ejecutado, el segundo quedó herido y fue trasladado al Hospital General y su identidad se mantiene bajo reserva, refiere el parte de la Policía Municipal.
Lo anterior, a pesar de que las autoridades gubernamentales que subsidian con recursos públicos el festejo popular habían anunciado el cierre de establecimientos comerciales a las 01:00 horas y la cancelación de las peleas de gallos para evitar que sigan ocurriendo hechos de violencia en este lugar que es conocido como “la narcoferia de Chilpancingo”.
Hasta el momento, ninguna autoridad municipal y los miembros del patronato han explicado por qué los propietarios de las cantinas no se han ajustado al horario establecido para el cierre de los establecimientos comerciales de la feria.
Desde hace seis años, la Feria de Chilpancingo denominada de “Navidad y Año Nuevo”, es controlada por la delincuencia y los comerciantes son extorsionados y si no pagan la cuota al narco son expulsados de los terrenos de la celebración, ubicados en los antiguos viveros de la colonia Los Ángeles, al oriente de esta capital.
Empresarios y comerciantes locales han denunciado públicamente que desde que la delincuencia asumió el control de la feria, las balaceras, asesinatos y la privación ilegal de la libertad de jóvenes se han vuelto comunes.
Por ello, los ciudadanos han calificado la fiesta como “La narcoferia de Chilpancingo” ante las acciones ejecutadas por sujetos armados que siguen operando impunemente y establecieron un régimen de terror.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han sido omisas en revertir los efectos de la narcoviolencia en el tradicional festejo popular subsidiado con recursos públicos.
Paradójicamente, el perímetro de la feria de Chilpancingo es resguardado por militares y policías estatales y municipales.
Proceso