Tras 5 años de buscar a su hijo desaparecido, la señora Margarita Santiz Martinez perdió no sólo la esperanza de encontrarlo, también la vida.

Afuera de la Secretaría de Gobernación, sobre la calle de Bucareli, el féretro con el cuerpo de la señora Margarita Santiz fue colocado para ser velado. Y es que su última voluntad fue que sus restos fueran apostados a las afueras de la dependencia que encabeza Miguel Ángel Osorio Chong, para recordarle que desde hace 5 años su hijo Esteban Morales desapareció.

Su hijo formó parte de las filas de la Policía Federal y en 2009, de comisión en Lázaro Cárdenas, Michoacán, desapareció junto con 3 compañeros más.

Fue así que comenzó el peregrinar de doña Margarita. Se unió al Movimiento por La Paz con Justicia y Dignidad para exigir la búsqueda de su hijo.

Lo más que obtuvo, fue que hace algunos meses formó parte del grupo que fue recibido por el secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.

Para entonces, doña Margarita comenzó a luchar con el deterioro de su salud.

Teresa Morales, hija de doña Margarita, narró que su madre comenzó a padecer de la vesícula.

"Se le llenó de piedritas la vesícula, se las quitaron, pero poco después volvió a enfermar", contó.

Fue entonces que a doña Margarita le detectaron cáncer y contra ese ya no pudo. La noche del 16 de octubre de 2014 murió en su natal Chalco, Estado de México.

Pero como última voluntad, pidió ser velada a las afueras de la Segob para recordar a las autoridades que su hijo sigue desparecido.

Sin embargo, en la dependencia hubo silencio.

“Me enfermé de cáncer de estar cargando años de tristeza, rabia y coraje”, decía una manta al pie del féretro, colocado en la calle de Bucareli frente al Palacio de Cobián, donde despacha el secretario Miguel Ángel Osorio Chong. Una negociación con Gobernación evitó que el velorio se prolongara toda la noche. Después de las 7 de la noche, el cura Alejandro Solalinde acudió a ofrecer una misa de cuerpo presente, para después trasladarlo a Chalco.

Dos arreglos florales y una docena de veladoras fueron colocados en el sitio donde Margarita pidió ser velada para denunciar que las autoridades nunca buscaron a su hijo. También había una foto de ella, pero sobresalía la manta con las sentencias contra los funcionarios del gobierno federal y un pliego con la fotografía de su hijo uniformado y portando un fusil, así como una imagen de ambos abrazados.

Después de las 2 de la tarde, en una operación bien planificada, el factor sorpresa permitió que un grupo de familiares encabezados por Teresa Morales, hija de Margarita, e integrantes del Movimiento por la Paz llegaran hasta la calle de Bucareli, permanentemente vigilada por policías federales, quienes después de la instalación del velorio cerraron las calles.

El deseo era permanecer ahí toda la noche y velar el cuerpo de Margarita, pero un par de horas más tarde Julio Hernández Barroso, integrante de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, negoció para que cerca de las 7 de la noche llegara al plantón-velorio con la promesa de que, en no más de 15 días, Teresa recibirá, en un encuentro con el procurador Jesús Murillo Karam, un avance de las investigaciones. También se reunirá con la subsecretaria Lía Limón, quien continuará la búsqueda de su hermano Esteban.