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Domingo, 24 Agosto 2014 14:41

En busca de la tumba de los dioses en Teotihuacán

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Agujero de acceso a la excavación arqueológica. SERGIO GÓMEZ

Arqueólogos mexicanos creen estar cerca de lo que podría ser la cripta de los gobernantes de Teotihuacan, una de las sociedades mesoamericanas más desconocidas

Esferas metálicas, bastones de mando, cuentas de jade, esculturas, semillas, esqueletos de jaguares... son algunos de los 70.000 objetos encontrados en el túnel que llega hasta las entrañas de la Serpiente Emplumada

 

Para llegar al inframundo, a las entrañas del templo de la Serpiente Emplumada, la pirámide de donde emanaba el poder de Teotihuacan, una de las sociedades más complejas y menos conocidas del México prehispánico, hay que bajar quince metros bajo tierra y empezar a recorrer un túnel sellado hace 1.800 años con 25 muros y toneladas de piedras y tierra. Fue descubierto en 2003 pero todavía guarda su mayor sorpresa: lo que los arqueólogos esperan que sea el cementerio de los gobernantes de la conocida como 'ciudad de los dioses'.

"Es algo increíble", dice el director del proyecto Tlalocan ('camino bajo la tierra' en náhuatl), el arqueólogo mexicano Sergio Gómez, que este otoño prevé anunciar los primeros resultados oficiales de la excavación.

Recorrer los cien metros del túnel que acaba en tres cámaras situadas justo debajo del eje de la pirámide es un viaje al 'inframundo', recreado a imagen y semejanza del mundo exterior. Los teotihuacanos excavaron hasta llegar a los mantos freáticos para que el agua inundara algunas partes, "como si fueran ríos", explica Gómez mientras guía hacia "la región sagrada de los muertos. La emoción se refleja en su rostro.

Templo de Quetzalcoatl. SERGIO GÓMEZ

A pocos metros de la entrada un agujero vertical perfecto conecta con el exterior. Hace 2000 años quizás fue un observatorio astronómico. Hace una década fue el lugar que se hundió por azar durante los trabajos de conservación de la pirámide de la Serpiente Emplumada y desveló a Gómez y a su colega francesa Julie Gazzola, la existencia del túnel.

Una vez en el interior, después de bajar por una instalación metálica similar a la de una mina, el silencio es sepulcral. Unas tablas de madera en el suelo permiten caminar sin dañar la excavación y atraviesan los muros que hace casi dos milenios quisieron evitar la llegada de intrusos. Al menos en una ocasión fueron reabiertos por los propios teotihuacanos y vueltos a sellar. En el techo hay polvo metálico (pirita, magnetita), era su cielo. "Cuando entraban con las antorchas, ese polvo, que molieron y con el que pintaron las paredes, debía brillar como si fuera la cúpula celeste".

A mitad del túnel, que va de oeste a este, dos cámaras se abren, una a cada lado. En una de ellas, había "más de 300 esferas metálicas de tamaños que van de los 2 a los 25 centímetros cuyo simbolismo desconocemos". "¿Tal vez gotas de agua?", se pregunta Gómez.

Muros localizados junto a la entrada del túnel, a 15 metros de profundidad. SERGIO GÓMEZ

A unos 30 metros del final, el túnel desciende. "A partir de aquí no se puede pasar", advierte el arqueólogo. Al otro lado está el gran hallazgo en el que todavía trabajan, las tres cámaras que sospechan albergan a los gobernantes de Teotihuacan.

"Cuanto más nos acercábamos al final más ofrendas había". En total, llevan rescatados 70.000 entre esferas, cuentas de collares de jade, miles de semillas (algunas de plantas rituales), esqueletos de felinos que podrían ser jaguares, miles de utensilios de madera aparentemente bastones de mando, cientos de esculturas...

"Tardaremos años en analizar todo lo que estamos encontrando pero lo más importante sería hallar las tumbas de los gobernantes porque nos daría claves para entender cómo se organizaba el poder". "Por ejemplo -continua el investigador-, si hubiera varios cuerpos, hacer pruebas de ADN podría mostrarnos si el poder era hereditario".

Robots, los guías del inframundo

El proyecto Tlalocan, financiado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) y en el que han colaborado medio centenar de expertos, desde físicos nucleares a ingenieros, es una excavación pionera en el uso de las más modernas tecnologías.

Se utilizó un escáner láser y un georradar para las primeras aproximaciones al túnel pero fueron dos robots creados por un ingeniero del Instituto Politécnico Nacional, Hugo Armando Guerra, los verdaderos guías al inframundo teotihuacano, algo que solo se había usado antes -y de forma mucho más puntual- en Egipto, en la pirámide de Keops.

Nombrados como el dios de la fertilidad (o dios de la lluvia), Tlaloc I y Tlaloc II son similares a coches todoterrenos teledirigidos y armados con cámaras infrarrojas. El segundo, más pequeño y sofisticado, tenía además un 'robot insecto' que se separaba de él para introducirse por las grietas más complicadas.

Gracias a los robots se pudo programar al detalle la excavación que también tuvo que lidiar con problemas como el exceso de gas radón en el túnel, que obligó al uso de extractores y a limitar el tiempo de trabajo de los arqueólogos en el interior.

Una ciudad llena de enigmas

Teotihuacan, patrimonio de la Humanidad y ubicada al norte de Ciudad de México, fue una de las sociedades más complejas de Mesoamérica. Se desarrolló del siglo II A.C.. al VII-VIII de nuestra era cuando fue abandonado, no sé sabe muy bien por qué.

En sus tiempos de esplendor llegó a tener una población de 200.000 habitantes de distintas culturas y abarcó 23 kilómetros cuadrados de los que solo se ha excavado un 5%.

Según explicó Gómez, era una sociedad extremadamente desigual, superpoblada, que desarrolló las ciencias de las élites (astronomía, por ejemplo) pero no las del pueblo llano y donde tenían lugar sacrificios humanos.

"Tenía vínculos con Tikal (Guatemala) y Copan (Honduras) lo que nos hace pensar en el inmenso poder teotihuacano pero tenemos muchas dudas sobre estructuras de poder, el sistema de gobierno, la lengua que hablaban o su sistema de escritura" porque se localizaron glifos pero todavía no han sido descifrados.

Ni siquiera se sabe cómo llamaban a la ciudad sus habitantes ya que el topónimo que significa "ciudad de los dioses" o

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