Por unas tres horas los asaltantes mantuvieron sometidos a los campistas, lapso en el que los mantuvieron amenazados mientras los despojaban de celulares, alhajas, dinero en efectivo y dos vehículos.
“Empezaron a disparar, empezaron a sacarnos de las tiendas de campaña y ponernos en un punto de reunión, con las manos en la nuca boca bajo”, narró una de las jovencitas que vivió la amarga experiencia.
El grupo estaba distribuido en nueve tiendas de campaña pequeñas y una carpa de lona grande con el equipaje de los 85 campistas.
El comando separó a las mujeres de los hombres y después los colocó a todos boca abajo.
No fue sino hasta ayer por la mañana cuando los líderes del grupo pudieron entablar contacto telefónico con sus familiares, quienes enviaron dos camiones para regresarlos.
El parque Colibrí se localiza a la altura del kilómetro 56 de la carretera federal México-Puebla. De la pluma de acceso al punto del campamento hay una distancia de 7.5 kilómetros. En la zona no existe cobertura telefónica.
Según los testimonios del padre de una de las víctimas, siete mujeres jóvenes fueron atacadas sexualmente. Dos de las violadas eran menores de edad. El ataque duró al menos tres horas, durante las cuales los agresores amenazaron en todo momento a los jóvenes y finalmente les robaron los teléfonos móviles, las alhajas, el dinero y dos vehículos.
Las víctimas -jóvenes de un grupo cristiano procedentes en su mayoría del sur de México DF que llevaban acampados desde el lunes- no pudieron contactar con sus familiares hasta el sábado por la mañana.
El representante legal de los afectados, Juan Carlos Palafox, ha declarado que, por la forma en que actuaron, los atacantes eran un grupo muy organizado que conocía el lugar. La Fiscalía del Estado de México ha asegurado que dispone de las descripciones de los agresores gracias a las declaraciones de los testigos.