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Sábado, 18 Enero 2014 22:24

'Un pastor al que le chingan a las ovejas y se calla no es pastor' Destacado

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Gregorio López, vicario de Apatzingán, bendice mascotas durante una misa. EFE

Un cura mexicano ha pedido a sus fieles que "dejen el miedo para el diablo", se unan y ayuden al Gobierno a expulsar de una vez por todas de sus comunidades al cártel de Los Caballeros Templarios, que domina el estado de Michoacán.

 

Gregorio López, vicario de Apatzingán, dijo que con actos como rezar "el rosario en silencio", pretende "reivindicar la credibilidad de las fuerzas federales".

Estas fuerzas reforzaron su presencia esta semana en Michoacán y han lanzado una estrategia para devolver la seguridad al estado más conflictivo de México en estos momentos.

López se muestra convencido de que la operación lanzada por el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en Michoacán el pasado 13 de enero no va a funcionar si la gente no coopera.

Y para eso afirma que "quiero hacer que la comunidad despierte, crea, confíe. Pero la cuestión es ésta, muy delicada, porque si no (cumplen las autoridades) entran los comunitarios " o las autodefensas.

Todos los fieles están invitados a participar en el acto "con la mejor arma que tenemos, que es el rosario", aseguró.

"Quiero rosarios, en alto, y en silencio. Vamos a rezar el rosario en silencio, bien formaditos, en hilera, bien ordenados, bien derechos. Quiero una ciudad en fila, bien ordenada. Y al unísono, levantar la mano", explicó.

El sacerdote lleva más de dos años trabajando en la Tierra Caliente de Michoacán, una región de México donde en los últimos meses se ha recrudecido la violencia.

 

Los grupos de autodefensa que han proliferado frente a los criminales se han ganado el respeto de muchos pero a la vez, son vistos con recelo por el Gobierno federal, que esta semana les pidió que depongan las armas y dejen en sus manos el restablecimiento del orden.

Líderes de estos grupos como Hipólito Mora y Estanislao Beltrán replican que no lo harán sin la certeza previa de que el Gobierno, sea federal, estatal o municipal, está comprometido en la lucha contra los Templarios, un grupo criminal surgido a fines de 2010 como una escisión de 'La Familia Michoacana'.

Una democracia cristiana

Gregorio López cree que un cambio es posible y tiene incluso su propio plan para la pacificación: crear un Consejo Ciudadano Responsable de Impulsar un Sano Tejido del Orden Social (CCRISTOS) integrado por "cien ciudadanos de altísimo nivel de credibilidad".

El consejo se dedicará "a poner en la balanza a cada ciudadano que va a vivir aquí, empezando por el presidente municipal (alcalde). Si es digno de crédito que se quede, y lo defendemos. Pero si no pasa del 51 % (de votos del consejo) tiene que irse", agregó.

El sacerdote confiesa que nunca ha pensado "en salir corriendo" ni en suicidarse pero sí en dejar de ser "hocicón" (callarse) porque "es más fácil" no ser incómodo.

Admite que su obispo ya le ha amenazado hasta con quitarle el sacerdocio diciéndole que no se meta, que él es "pastor".

 

"Un pastor que está viendo que le chingan a las ovejas y se queda callado no es pastor, es un asalariado", afirmó el sacerdote.

Hace unos días el vicario de Apatzingán se dejó fotografiar con un chaleco antibalas sobre la sotana, una prenda que admite que se ha puesto como "algo simbólico".

Su diagnóstico es que ha llegado el fin de la organización criminal de Los Caballeros Templarios, liderada por Dionisio Loya Plancarte, alias 'El Tío', Enrique Plancarte Solís, alias 'El Kike', y Servando Gómez Martínez, alias 'La Tuta'.

Asegura que presiente que gente que estaba "desmoralizada, apocada, achicada" que era "pusilánime, cobarde, mediocre" y "tibia" está recobrando la valentía y más comprometida con la comunidad.

"Yo no conozco de vacas, conozco de gente. Puedo decir que tengo intuición de gente. Y yo percibo un ambiente bueno. Hoy comienzo a ver las células nuevas en el cuerpo", agregó el vicario de Apatzingán .

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