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Sábado, 09 Noviembre 2013 14:51

Los dueños del dinero Destacado

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Aunque usted no lo crea: apenas 0.17% de la población mexicana es poseedora de 52% de la riqueza completa de este país. Es decir, 202 accionistas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) son dueños de 52% de toda la riqueza mexicana. Un negocio, nada malo, que sólo el año pasado elevó sus activos en 12.2%, enorme crecimiento de capitales luego de la crisis del 2009. Es decir que, con esto de las crisis, donde la enorme mayoría de los mexicanos lo pierden todo, vida y hacienda, hay algunos, pocos, muy pocos que ganan demasiado.



Así, “mientras la población mexicana redujo a una cuarta parte la dinámica de crecimiento en el último año, el valor de las 202 cuentas de la BMV pasó de siete billones 635 mil 462 millones (sí, querido lector, no leyó usted mal) en septiembre de 2012 a ocho billones 568 mil millones de pesos en la actualidad”, reveló la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el pasado martes.

Lo que dice que la actual economía mexicana anda mal. Muy mal si, cuando la mayoría de la población mexicana se empobrece en grado sumo, 0.17% de ella dobla y redobla sus ganancias en detrimento del crecimiento del país.

Porque sólo desde agosto a la fecha la economía del país está en recesión y no hay visos de recuperación. Mientras, los dueños del dinero siguen especulando, jugando literalmente el país a la bolsa sin que el crecimiento de la economía mexicana les preocupe más allá de contar con un piso para operar sus transacciones y lograr beneficios más allá de lo ético. Y todo esto en una llamada democracia: contrasentido absoluto.

Porque democracia es también equidad, y hoy está ausente de los manejos económicos. Porque democracia es igualdad y hoy está al descubierto un país con desigualdad mayor a la que Humboldt encontró, cuando vino a México en el siglo XIX.

Porque el número de trabajadores permanentes inscritos en el Seguro Social está en “desaceleración” —palabras para el disimulo—. Para entendernos mejor, está en retroceso, va para atrás, llegando a la etapa de “expansión” de la tasa de desempleo, se extingue el trabajo y la sobrevivencia —en la economía informal o la delincuencia— se abre paso.

Y de pronto, en esta realidad trabajada desde organismos internacionales y apuntalada por medidas políticas nacionales trasnochadas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) encuentra (¿?) que esta desigualdad agresiva afecta la confianza de la población en sus gobiernos… Cuando la propia OCDE se ha dado a la tarea, como objetivo prioritario, sugerir, imponiendo las estrategias que han conducido a muchos países a esta pobreza: Grecia, Hungría, Chile, Portugal, España, Turquía y, claro, México.

Así, la proporción de población que confía en sus gobiernos bajó de 50% a 17% en Japón y hasta 13% de confianza población griega en su gobierno.

Lo bueno es que esta medición no la han hecho en México, porque no sería sorpresa saber que, luego de pocos meses de luna de miel, a los mexicanos este gobierno les quitó de golpe no sólo la confianza, sino la esperanza de la recuperación económica, la que luego de las reformas y su mal manejo se ve realmente difícil. Aunque quizá, sólo quizá, de lo que se trataba era de seguir en el siglo XIX, donde la desigualdad y la depredación era, pero mucho más natural y, sin duda, menos bursátil.

 

Lourdes Bueno, El Informador

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