Al no creer lo que veía, el testigo de este hecho decidió sacar su teléfono celular para tomarles fotos a estos adolescentes de una escuela secundaria, los cuales portaban el uniforme escolar, y así evidenciar lo que estaban haciendo, “a escondidas”.
Las fotos fueron subidas a redes sociales y se hicieron virales, lo cual ha provocado todo tipo de críticas en contra de los chicos, ya que ha quienes consideran que “profanaron” un sitio, para muchos, sagrado.