En un salón de plenos semi vacío, y con la reiteración engolada –por todas las bancadas— del “Zapata vive, la lucha sigue”, se evocó la gesta del héroe revolucionario aunque con sus consabidos sesgos ideológicos, según el orador y partido en la tribuna.
De ese modo se pudo escuchar al legislador por Morena, Juan Pablo Sánchez, de Morena, y procedente de Nezahualcóyotl, asegurar “si Zapata viviera, con la Cuarta Transformación estuviera” y reclamar a las fuerzas políticas opositoras, defender hoy los postulados del general Zapata, mientras que cuando fueron gobierno, los traicionaron.
Antes, sin embargo, Eduardo Zarzoza, representante del PRI había fustigado a la mayoría parlamentaria –Morena—por presumir que los ideales de Zapata forman parte de su proyecto de gobierno.
“Primero convenzan a los familiares de Zapata de ir a sus actos. Porque sus descendientes han dicho que ustedes los traicionaron” con la continuación del proyecto de la termoeléctrica Huexca en Morelos, les espetó.
El vicepresidente de la Cámara, por el PAN, Marco Antonio Adame, también aprovechó la efeméride para hacer política y críticas insertadas en el actual escenario nacional. “El país no requiere de nuevos caudillismos ni de decisiones unipersonales”, planteó.
Fue, en suma, una ceremonia de dos horas de discursos sin eco ni emoción y en la cual tampoco participó el presidente de la mesa directiva, Porfirio Muñoz Ledo.
El registro de asistencia, que no necesariamente refleja a los presentes en el salón de plenos fue de sólo 351 diputados en esta histórica fecha.
Enrique Méndez y Rosa E. Vargas, La Jornada.