Es decir, crean empleos precarios pero no en proporción con su creciente riqueza, además de que son responsables de la colusión histórica con el Estado para mantener los salarios mínimos en niveles bajísimos.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Para el director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana, Miguel Santiago Reyes Hernández, el desplegado “Así no” que publicó el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) el pasado jueves 3, es “pura propaganda”.
El también investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad, de esa universidad, afirma que la advertencia de esa élite empresarial es parte del “mito histórico” que el CMN ha fomentado y que consiste en que “nadie debe pelearse con ellos porque son los generadores de empleo”.
De acuerdo con el Informe del Observatorio de Salarios 2018, el club empresarial (clasificado entre las “empresas de más de 500 trabajadores”) genera 1.4 de cada 10 empleos, es decir, ocupa al 14% de los 38 millones de asalariados del país.
Reyes Hernández destaca dos factores relevantes: la mayoría de los empleos consisten en labores de subordinación, no son altos puestos. Al 20% de sus trabajadores no les pagan en su totalidad vacaciones y aguinaldo, ni cotizan para el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), que son las tres prestaciones mínimas establecidas en la Ley Federal del Trabajo.
“Si algo cuestionan los grandes empresarios es la demagogia, las falsas promesas, pero aquí (en su desplegado) hay una clara manipulación de cifras”, indica Reyes, también exdirector del Departamento de Ciencias Sociales de la Ibero-Puebla.
En un informe reciente, el observatorio universitario encontró que las grandes empresas de los magnates del CMN violan “claramente la ley”, pues sólo pagan todas las prestaciones a 80% de sus empleados, de los cuales 60% se ve beneficiado con lo “mínimo y algo más”, como bonos y otras prestaciones.
El restante 5.2% no tiene ninguna prestación y 14.8% tiene sólo alguna de las tres prestaciones que por ley debe dar cualquier empresa generadora de empleos formales en México.
A decir del investigador, los integrantes del consejo tienen “muchos recursos” y no tendrían “ningún problema” para asegurar a todos sus trabajadores. Por ese motivo señala que Secretaría del Trabajo y Previsión Social y el Instituto Mexicano del Seguro Social son omisos en su responsabilidad: “Deberían tener personal que revisara el cumplimiento legal de estas empresas. ¿Por qué no lo están haciendo? ¿Por corrupción? ¿Por compadrazgo?”
El Informe del Observatorio de Salarios de 2017 revela otro dato: 68% de los trabajadores de las empresas del CMN no alcanza el “salario mínimo constitucional”, que debería pagarse para que las personas vivan dignamente. El observatorio lo estableció en 638 pesos diarios.
La diferencia entre las percepciones de los directivos o accionistas y las de un empleado común es abismal. Por ejemplo, el informe dice que los accionistas de una empresa minera ganan un promedio de 13 millones de pesos al mes, pero pagan un promedio de 25 mil pesos a sus trabajadores. “Obviamente en el promedio de estos salarios se incluye a gerentes, no solamente a los trabajadores, a éstos se les paga muchísimo menos”, comenta Reyes Hernández.
El contraste es peor cuando se tiene en cuenta que la productividad mensual de dichas firmas –lo que cada trabajador genera– se estima en 462 mil pesos mensuales.
Trabajos indignantes
Las condiciones laborales son aún más difíciles para los jóvenes, apunta Reyes Hernández, porque el patrón argumenta su “falta de experiencia” para darles sueldos más bajos.
En el anexo estadístico del Informe del Observatorio de Salarios 2018 se establece que de un millón 423 mil 502 jóvenes de entre 15 y 29 años que laboran en empresas de más de 500 empleados, 22% carece de las tres prestaciones mínimas de ley y 9.1% no tiene ninguna.
Según el documento, también es el sector de la población asalariada de estas empresas que muestra los porcentajes más altos de trabajo sin contrato (28%), jornadas laborales superiores a ocho horas (23%), sin acceso a la seguridad social (21%) y no alcanza el salario digno (72%).
Areli Villalobos