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Miércoles, 09 Diciembre 2015 09:32

En México, 21 centavos de cada peso van al bolsillo de las familias más ricas: Oxfam

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La desigualdad en México puede explicarse casi con cualquier comparación entre las clases sociales. Basta decir que una sola pensión de un magistrado equivale a 320 pensiones de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Así es, un ex magistrado recibe cerca de 186 mil pesos mensuales, mientras el ciudadano común, con suerte recibe 580 pesos al mes.

¿Qué otros aspectos demuestran la realidad aterradora sobre la desigualdad en el país? Que durante el periodo 2011-2014, la riqueza de los cuatro hombres más ricos del país, ha sido equivalente a 9% del total del Producto Interno Bruto (PIB).

Estas diferencias abismales se reflejan en los servicios de salud, educación, seguridad, por decir algunos, que son distintos para las clases altas del país y para la clase media baja, que según estudios, es la más común entre la población de Jalisco, correspondiente a personas que cuando mucho pudieron estudiar la secundaria.

Sobre ciudades desiguales, el panorama en Jalisco, México y el mundo, fue que el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, Tómala y Oxfam México, detallaron algunos de los aspectos más preocupantes, en voz de académicos e investigadores.

Ricardo Fuentes Nieva, director de Oxfam México, se dijo preocupado por la forma en que se toman las decisiones públicas en el país, considerando que las mayores riquezas de México se concentran en 1% del total de la población, y son estas familias quienes influyen en el Senado y demás círculos de poder.

“Lo preocupante es que las familias más ricas influyen en la toma de decisiones, y de esa forma se legisla para los ricos, no para las clases más necesitadas. Como ejemplo tenemos las telecomunicaciones, cada persona con un teléfono celular contribuye a que Carlos Slim sea de los hombres más ricos del mundo. En México, 21 centavos de cada peso van directo a los bolsillos de las familias más ricas, porque son dueños de casi todo”, comentó Fuentes Nieva.

Remover ambulantes no es combatir informalidad

Quitar a los ambulantes del Centro Histórico de Guadalajara, pero ignorar el salario mínimo de las trabajadoras domésticas o empleados en empresas formales que son contratados por honorarios, es abonar a la desigualdad del estado.

El profesor del ITESO, Luis Ignacio Román Morales, reiteró durante su participación en el foro, que se debe eliminar la idea errónea de que el empleo informal corresponde únicamente a los vendedores que no cuentan con permisos, por lo que exhorta a los diputados a considerar el aumento del salario mínimo, pues es la única forma de acabar con la desigualdad.

“El artículo 123 de la Constitución Política manifiesta qué tan importante es el salario mínimo como derecho social, si en el Congreso no atienden a eso, pues entonces estamos mandando al demonio a las instituciones. Creo también que este aumento no debe ir solo, debe acompañarse de otras bases, porque no es lo mismo el impacto para una microempresa que el impacto para una empresa gigante, tendrían que haber políticas de estímulo a micro y pequeñas empresas, para que estos establecimientos puedan estar en condiciones para aumentar sus salarios”.

 

La Jornada Jalisco

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