En su declaración ante las autoridades, John Perro confesó que proviene de una familia disfuncional. A los 11 años abandonó su casa por los problemas que tenía con sus padres. Adoptó como su nuevo hogar El Jardín Botánico que se ubica frente, a lo que alguna vez fue el ingreso principal del antiguo Hospital Civil.

Con el tiempo, Jonathan construyó más casas de cartón por la zona, las cuales comenzó a rentar para hacerse de dinero.

"Yo hice una microempresa en ese lugar [el Jardín Botánico], puesto que con el paso del tiempo hice varias casas de cartón, y a los indigentes que solían ir a dormir ahí yo les rentaba el lugar", confesó. Con las ganancias llegó a comprarse tres vehículos.

Jonathan García García adoptó el apodo de John Perro cuando rescató de la calle a un perro raza American Pitbull que "se llamaba Grey Moon", el cual había sido atropellado y abandonado por su dueño en un basurero.

John Perro se metió a trabajar como distribuidor de mariguana en el Centro de Guadalajara. En poco tiempo logró controlar una amplia zona del primer cuadro de la ciudad.

En su intento por tener un trabajo legal, dejó de vender mariguana y consiguió un empleo como lavador de platos, donde llegó a ser ayudante de chef.

Sin embargo, a los pocos meses regresó a trabajar como dealer, donde se ganó la confianza de  sus jefes, por lo que fue tomando poder dentro de la organización Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Para vender la droga en Guadalajara realizaba estudios de mercado para analizar la forma en la cual sería comercializada.

Fue así como Jonathan García García llegó a ser nombrado jefe de plaza del cártel en la zona Centro... hasta que fue detenido en mayo por agentes de la Fiscalía General de Jalisco.

Milenio