Ante esta situación, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara ha solicitado a los comerciantes no comprar joyas presuntamente robadas.
“Hemos observado en esta zona de López Cotilla, 16 de Septiembre es una zona muy socorrida para los cadeneros o motoladrones, hemos detectado puntos donde están comprando lo robado y hay que ser muy francos, negocio que sea localizado haciendo eso, será cerrado y será investigado por la Fiscalía”, señaló Mercado Casillas en una reunión con los comerciantes de joyas.
El funcionario declaró que se tienen bien detectados los puntos en donde son comprados todos los productos robados por los motoladrones, quienes han modificado el mecanismo de venta de los artículos despojados, y ahora mandan a mujeres adultas y a veces hasta jóvenes menores de edad a ofrecer cadenas, aretes, pulseras y teléfonos celulares que fueron arrebatados a los transeúntes.
Entre los compromisos asumidos por la autoridad municipal y los comerciantes de oro está el entregar una responsiva de compra en donde se registran los datos de la persona que vendió el artículo. Cada mes, los comerciantes deben entregar a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara la relación de las compras que se realizan en los negocios con el fin de detectar e identificar a los presuntos ladrones.
En días pasados, MILENIO JALISCO fue testigo del momento en el que un sujeto a bordo de una moto de bajo cilindraje despojó a una mujer de su teléfono celular, el hecho ocurrió a plena luz del día, en el cruce de 16 de Septiembre y Niños Héroes.
Para Mercado Casillas, este tipo de delitos ha ido a la baja, aunque reconoce que los motoladrones continúan operando no sólo en el primer cuadro de la ciudad: “Según la incidencia que traemos ha disminuido en los puntos donde venía ocurriendo, este fenómeno no es exclusivo del Centro, lo hemos advertido en otros puntos, pero hemos logrado su disminución”.
Lamentó que este tipo de delitos son los que menos generan el interés de las personas por denunciar, la falta de denuncia hace más difícil la labor del sistema de seguridad y la percepción del ciudadano es que la autoridad no hace bien su trabajo, al ver que días después, el mismo sujeto comete otro robo y en la misma zona donde ya había sido detenido.
Mercado Casillas informó que sumado a este tipo de robos en la vía pública existe una banda organizada de delincuentes dedicados al robo a casa habitación, quienes utilizan motocicletas y uniformes falsos de algunas empresas para poder llegar a los domicilios y cometer los atracos.
“Es otra forma de operar distinta y no es nuevo, ya ha habido en el pasado varias acciones similares, en las que disfrazados de mensajerías o disfrazados de empleados de instituciones de gobierno acuden a domicilios y se introducen para robarles, recordemos que son distintos tipos de individuos los que cometen este tipo de delitos, los cadeneros o motoladrones, son individuos que aprovechan la oportunidad”, dijo.
Según cifras proporcionadas por el Centro de Comunicación y Observación Electrónica (CECOE), durante el operativo en contra de los motoladrones implementado del 27 de julio al 2 de octubre han sido detenidos 34 cadeneros o motoladrones, 23 presentados, 19 motos han sido remitidas por su participación en un ilícito, 29 motos aseguradas por averiguación previa, siete armas de fuego decomisadas, así como 46 cartuchos, 110 pastillas psicotrópicas.
Presentarán queja en CEDHJ
Policías tapatíos informaron a través de un comunicado que presentarán hoy una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) en contra del regidor Salvador Caro Cabrera, en su calidad de miembro del Comité de Adquisiciones, por cuestionar a los integrantes de la corporación sobre el método para elegir los chalecos antibalas. En el documento, aseguran que la decisión fue colegiada y tomada a partir de las características, precios y medidas de las prendas de seguridad, y que el regidor declaró: “Si les dan huaraches, eso agarran”, lo que, según la corporación, representa una falta de respeto en su contra, además niega que los policías se hayan prestado a corrupción en la compra de los chalecos.
Eduardo González, Milenio