Además presentarán una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos en contra los agentes de la Policía Investigadora.
Edgar Alonso Rodríguez de la Torre, notificador del Juzgado Quinto de lo Penal con sede en Puente Grande, indicó que la mañana del 23 de mayo acudió a la finca marcada con el número 122 de la calle Francisco Zarco, en la zona del Santuario para entregar una notificación sobre un automóvil marca VW Jetta, modelo 2005, para ejecutarle un avalúo de un perito del estado de Guanajuato.
Rodríguez de la Torre señaló que varios sujetos armados ingresaron al domicilio y amarraron a los presentes, mientras los delincuentes preguntaban por la ubicación de una supuesta caja fuerte que pretendían robar. Al no encontrar nada los hombres lograron salir del domicilio minutos antes de arribar elementos de la policía de Guadalajara quienes detuvieron al notificador.
Al escapar, los delincuentes recibieron a tiros a los policías de Guadalajara dejando sin vida al oficial del Grupo Gamas de la policía tapatía, José Antonio Sandoval Esqueda, de 31 años de edad.
Tras ser detenido, Edgar Alonso Rodríguez de la Torre fue puesto a disposición de la Policía Investigadora quienes lo trasladaron a las instalaciones de la Fiscalía Central, de la Calle 14, en donde reveló fue torturado por los agentes investigadores quienes le provocaron la pérdida de audición en uno de sus oídos.
“Durante 10 o 15 minutos me estuvieron golpeando en la cabeza con la mano abierta, la mano empuñada, todos en la cabeza, me aventaron al suelo me empezaron a preguntar que si yo soy el notificador y en lo que iba a contestar siento una patada en mi oído izquierdo y de ahí me empezaron a patear, yo trataba de cubrirme pero me pegaban rodillazos en la frente y en los genitales”, narró.
Edgar Alonso dijo que durante el tiempo que permaneció en las instalaciones de la Fiscalía Central, los agentes le indicaban en repetidas ocasiones: “Ya declara, te va a ir peor, mejor di que fuiste tu, siempre me hacían preguntas de que hacia ahí, que ya me identificaron, de hecho me empezaron a sacar apodos”, dijo.
El notificador señaló que se encontró a un conocido en las instalaciones de la Fiscalía Central, quien presumiblemente se comunicó al Juzgado Quinto de lo Penal para avisar lo sucedido con Edgar Alonso, quien luego de varios minutos fue puesto en libertad.
Después de los sucedido, Edgar Alonso Rodríguez de la Torre confirmó que dentro de la dependencia los métodos de tortura son recurrentes, aseguró que ahora teme por lo que le pueda suceder a él o a algún integrante de su familia.
Milenio