El mecanismo de selección y depuración de las Policías con las pruebas de control de confianza tuvo su inicio práctico en Jalisco apenas en 2010 (aunque entró en vigencia desde 2009), y aún hoy no está consolidado del todo; sin embargo, los registros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara sobre el personal que ha pasado por sus filas a lo largo de los años permite valorar su pertinencia.   De los 296 elementos que fueron destituidos en este periodo (2004-2012), en 51 casos (17%) se debió a que tenían problemas con el consumo de drogas, tanto ilegales como alcohol. El 72% de este grupo dio positivo al uso de cocaína (37 policías), que se presenta como la sustancia ilícita a la que más recurren los oficiales tapatíos, muy por encima de la mariguana, que se halló en el 12% de los expedientes (seis); el resto tiene que ver básicamente con que se encontraban en estado de ebriedad.   Otros 123 policías (41% de los 296) fueron cesados debido a que se condujeron de manera irregular o anti-reglamentaria en el desempeño de sus funciones, entre estos destaca los que atentaron contra los bienes de ciudadanos y/o solicitaron una dádiva para no cumplir con sus labores, esto representa el 57% de este subgrupo de casos (70 elementos), así como los que golpearon indebidamente a los detenidos, yendo en contra de su integridad física sin una justificación de por medio: el 23% (28 oficiales) cayó en esta falta.   Algunos expedientes más singulares hacen referencia a policías que revelaron "asuntos secretos o reservados", o a mandos que solicitaron dádivas a sus subalternos para poder evadirse de arrestos como medidas disciplinarias.   También se detectaron a 11 elementos que presentaron documentos apócrifos de distinta naturaleza, no sólo incapacidades médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), también certificados de estudios para ingresar a la corporación o constancias de atenciones médicas.   Otra falta que cometen los integrantes de la Policía de Guadalajara es el ausentarse de sus funciones sin razón justificada, el 26% de las 296 destituciones se explica en ello, porque hubo 76 elementos que no acudieron a trabajar en más de tres ocasiones en un lapso de 30 días (esto sin considerar el ausentismo con incapacidades médicas, el trienio pasado faltaron así 132 mil 463 días, lo que costó 44 millones 154 mil 333 pesos en salarios pagados).   Una parte mínima de estas destituciones se explica también en que los elementos participaron en la comisión de delitos, fueron juzgados y obtuvieron sentencias condenatorias en su contra, así ocurrió con ocho policías tapatíos que delinquieron siendo parte de la corporación.   El de Guadalajara es el cuerpo policial más grande Jalisco, y el tercero más numeroso entre las municipalidades del país, sólo después de Tlalnepantla (México), con cinco mil 335 oficiales, y Tijuana (Baja California), con tres mil 418.   La mitad de la Policía se renovó nueve años  En el transcurso de las tres últimas administraciones municipales se ha renovado prácticamente el 50% del personal que integra a la Policía de Guadalajara, que está compuesto por alrededor de tres mil oficiales.   En este periodo (2004-2012) han salido de la corporación mil 450 elementos por los siguientes motivos: 296 fueron destituidos por diversas irregularidades (20%); 76 fallecieron (5%), y el gran resto por pensionarse, renunciar o cambiarse de dependencia, principalmente.   De los 76 fallecimientos únicamente cinco están registrados por la dependencia como sucedidos en cumplimiento del deber, sin embargo, 18 se dieron por heridas producidas por proyectil de arma de fuego.