De acuerdo a lo informado por el personal del Servicio Médico Forense, el cadáver presentaba heridas por arma blanca en el brazo derecho, en el cuello y en la pierna derecha, además, trascendió que la menor podría haber sufrido mordeduras de un perro pit bull, pues el animal fue encontrado lamiendo sangre cerca del cuerpo de la niña.
Hasta la tarde de ayer, los exámenes periciales no habían dado a conocer si la menor sufrió algún tipo de agresión sexual previa o posterior a su muerte.
Según datos de la Fiscalía Central del estado, los hijastros de Sasaki Velasco y la madre de estos habían salido de la ciudad. Vecinos indicaron que, hacia las 22:00 horas del miércoles, el hombre habría invitado a la niña a su casa con el pretexto de que tendrían una pijamada, pues una de sus hijastras era amiga de ella. Aparentemente la menor asesinada no sabía que toda la familia estaba fuera de la ciudad.
Cerca de las 23:00 horas, el hijastro de Sasaki Velasco volvió de visitar un balneario con sus amigos y se quedó afuera del domicilio platicando con ellos.
Minutos después, el padrastro salió de la casa, alterado y con signos de estar drogado. Dijo que iba por una cerveza y volvería, pero el muchacho le pidió no regresar en esas condiciones. Según datos de la Fiscalía, el joven también notó que el hombre tenía manchas de sangre.
Cuando Sasaki se fue, el muchacho entró en la casa y halló más rastros de sangre hasta la habitación de su madre, donde había un charco rojo. Los indicios de sangre continuaban hasta la azotea, donde encontró el cadáver.
De negro historial
Sasaki Velasco, de 40 años, es señalado por los vecinos como un hombre adicto al alcohol y a las drogas, quien estaba desempleado y, para mantenerse en los vicios, supuestamente se dedicaba a asaltar establecimientos y personas de los alrededores.
Habitantes de la zona indicaron que el hombre solía propasarse con las mujeres y niñas que viven en la calle Hacienda Jacarandas, donde ocurrió el asesinato. A las jovencitas les hacía propuestas sexuales y las acariciaba.
“A mí me tocaba y me decía cochinadas, que si quería tener sexo con él, también a otras niñas y mujeres les hablaba bonito y las acariciaba mucho”, relató una joven que vive cerca de la casa donde ocurrió el homicidio.
La casa permanecía sola el día de ayer, y los vecinos estaban en alerta, esperando ver al sospechoso para tomar la justicia en sus manos, pues estaban seguros que Sasaki era el autor del homicidio.
Aparentemente, el hombre había atracado en tiendas de conveniencia de la zona y alguien dijo haberlo visto ayer en la colonia contigua pero no se confirmó su captura.
Por la tarde, los habitantes de la calle Hacienda Jacarandas comenzaron a colocar veladoras afuera de la finca donde se perpetró el crimen y se organizaron para rezar un rosario, orando por la niña asesinada.
Juan Levario, Milenio