Y es que mientras los libros están excentos, ellos tienen que pagar el 16 por ciento en rentas, insumos y otros gastos.
No quieren que se graven los libros, pero sí que por ejemplo a ellos se les pudiera colocar en un régimen de tasa cero como las farmacias. Por lo pronto y a causa de lo anterior, cada vez son menos y algunas grandes ciudades no tienen ni una sola librería.
En el marco de la FIL, el presidente de la asociación de libreros, Rodrigo Pérez Porrúa, junto con Tirzo González y José Achar de Ghandi, hicieron un llamado a reflexionar en esta política hacendaria que solo reduce los espacios para que alguien pueda comprar un libro y eso se refleja en que cada vez menos personas leen.
José Achar refirió que han tocado todas las puertas, han hecho gestiones en las Cámaras de Diputados y organismos de la Secretaria de la Cultura, además de que se ha consolidado la realización de un estudio especializado que sustente el caso, pero hasta hoy no hay ningún resultado y temen que ante los años políticos por venir, de plano nadie quiera tomar esa bandera.
El directivo de Ghandi fue tajante al mencionar que "por ejemplo, es mejor negocio un bar o un table dance que una librería".
Tirzo González hizo énfasis en que no pretenden que se cobre algún impuesto sobre el libro, sino simplemente que de estar en un régimen excento pase a una tasa cero, es decir, el precio del libro ante el público no cambiaría".
Por su parte Rodrigo Pérez Porrúa, presidente de la Asociación, detalló que mientras que a alguien se le ocurrió exentar de impuestos a los libros, ellos si pagan el 16 por ciento de IVA en la renta de sus espacios, compra de insumos, etcétera. Aseguró que al final del ejercicio, ellos terminando pagando un 12 a 13 por ciento por concepto de impuestos.
Puso el ejemplo de las farmacias que operan con una tasa cero y lo mismo, detalló, pudiera ocurrir con las librerías.
Esta problemática, comentaron, "no permite el adecuado desarrollo del sector dedicado a la comercialización de contenidos en diversos formatos, ya que implica diversas consecuencias sobre todo para la pequeña y mediana empresa, quienes ven comprometida su permanencia, lo que en muchas ocasiones conlleva a su cierre, al no poder afrontar esta carga fiscal".
Mencionaron que han recibido gran apoyo de la Secretaria de Cultura a cargo de María Elena Núñez, a nivel federal, pero hicieron un llamado a que los productores de libros, lectores y público en general, se unan a esta cruzada para que cambie el régimen fiscal sobre las librerías de México.
Víctor Chávez Ogazón, El Occidental