Argumentan a los defraudados la necesidad del pago de un seguro como garantía para un préstamo
GUADALAJARA, JALISCO (21/NOV/2016).- Cuando Raúl Morales salía del tianguis del automóvil le dieron un folleto, “El Emprendedor”, en el que anunciaban préstamos con 5% de interés anual. Como había vendido su camioneta por deudas decidió acudir a “Sociedad Intermediaria en Gestión”, también llamada CDLT Consultores SC, donde le aclararon que ellos no prestaban, sino que gestionaban ante sociedades financieras y que sí era viable el crédito que solicitaba por 500 mil pesos. Pero tenía que pagar un seguro como garantía, 7% del monto más el IVA.
Para pagar hasta lo llevaron al banco a transferir a una cuenta, no a nombre del despacho, sino a la de una persona llamada José de Jesús Robles Popoca. Depositó 40 mil 600 pesos (7% más el IVA, dinero que procedía de la venta de su camioneta). Al final se percató que todo aquello era un fraude.
Al revisar el contrato, Emiliano Sandoval Delgado, académico penalista de la Universidad de Guadalajara, advirtió que se trata de un fraude y que no existe posibilidad de que alguien obtenga algún préstamo. “Está bien claro que está encaminado a cometer fraude específico, tipificado como delito en el Código Penal del Estado. Están diseñadas para eso, incluso para lavado de dinero”.
Según el contrato, CDLT Consultores SC se constituyó como sociedad en la Notaría 36, ante notario Hernán Gascón en mayo de este año. Sin embargo, en ese lugar se negaron a confirmarlo. El 5 de mayo pasado, el fiscal, Eduardo Almaguer, anunció que investigaban a una serie de empresas que operaban de forma similar. Incluso, entre la lista de empresas señaladas en esa ocasión estaba “Sociedad intermediaria en Gestión”, la misma que en octubre contactó Raúl Morales.
Aunque en esa ocasión se informó que eran 20 personas que obtenían ganancias por 300 mil pesos semanales, al acudir ahora Raúl y Rafaela Sánchez (otra defraudada) a denunciar, quien los atendió en Fiscalía básicamente les dijo que ya nada se podía hacer, en otras palabras.
Contrato amañado
El contrato con el que han sido defraudadas las víctimas en referencia a la supuesta empresa llamada CDLT Consultores SC, cuenta con 11 cláusulas, en el que la tercera revira que el pago que antes se le dijo al cliente que era para un seguro de 7% más el del préstamo como garantía, son en realidad los honorarios.
La tercera cláusula incluye una cuartilla entera sólo para detallar cómo es que se debe pagar ese porcentaje si es que se hace en parcialidades, como para añadir más hojas para leer.
La cuarta cláusula señala que si la empresa no puede continuar con el contrato, sin mencionar por qué razones, sólo debe avisar al cliente 15 días antes; en cambio, si el cliente quiere concluir el contrato, deberá avisar tres meses antes y pagar 7% de la suma prestada. Y de nuevo, ese mensaje se repite, exactamente igual, en la sexta cláusula.
En el resto de las cláusulas se menciona que el cliente no tiene ningún derecho de investigar ni contactar a la supuesta financiera.
MARCO CONTRA DEFRAUDACIONES
Emiliano Sandoval Delgado, académico penalista de la Universidad de Guadalajara, detalló que en este tipo de fraudes la responsabilidad es en contra de los supuestos empleados, en caso de que se quieran amparar con que el fraude lo cometió una persona moral. Sustentó lo anterior con el criterio que siguen los tribunales en el país para penar esta práctica.
“No puede admitirse que carezcan de responsabilidad quienes actúan a nombre de las personas morales pues, de aceptarse tal argumentación, los delitos que llegaran a cometer los sujetos que ocupan los puestos de los diversos órganos de personas morales quedarían impunes”.
Añadió que las personas morales carecen de “voluntad propia y no es sino a través de las personas físicas como actúan, es por esto que los directores, gerentes, administradores y demás representantes de las sociedades son responsables de los hechos delictuosos que cometan”.
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"DEMASIADO BUENO"
Pese a publicidad engañosa confía en “consultores”
Rafaela Sánchez Palomera se encontraba en su trabajo cuando le mostraron un folleto, “Magazine El Emprendedor”, que más que nada contenía anuncios dirigidos a personas con problemas económicos, como ella, que desde hacía algún tiempo cargaba con unas deudas de las que apenas le alcanza para pagar los intereses. “Sin aval, sin garantía, sin buró de crédito”, y la tasa de interés que mostraban era por mucho más atractiva que la de los bancos, sólo 5.6% anual... ¿Demasiado bueno para ser verdad?
Sin nada que perder —aparentemente— se decidió a llamar para programar una cita donde le darían informes y al día siguiente ya estaba en la oficina. Sólo un escritorio, una silla y algunas carpetas y pocos papeles, artículos que se pueden echar a un vehículo y huir de inmediato. Ni siquiera el nombre de la empresa, “Consultoría Financiera”, estaba.
Una secretaria pronto cambió el discurso de la engañosa publicidad de la empresa. Para empezar, ni siquiera hacía préstamos, ya que era un despacho de gestoría dedicado, según ellos, a contactar a los clientes con las financieras.
“Me dicen que sí necesitábamos una garantía y le pregunto: ‘¿entonces por qué en el periódico no dice eso?’. ‘Bueno, son mentirillas para atraer al cliente, yo creo que se vale eso, ¿no?’”, contestó cínica la mujer.
La garantía pedida era un aval con alguna propiedad pero había una alternativa, un supuesto seguro que “sólo” costaría 7% más el IVA sobre el monto del préstamo. Como igual era mucho le dijeron que pagara 3%, más el IVA, y el resto lo saldaría en los pagos de su crédito.
Como sea pudo conseguir prestados seis mil 960 pesos entre sus amistades. “Mi error fue entregarles el dinero antes de que me dieran el contrato, un contrato que decía barbaridad y media”.
El Informador