Poco más de medio centenar de personas recorrieron esta mañana la calle de Gante, sitio donde hace 24 años volaron los drenajes y se abrieron las entrañas de la tierra. Hoy la cicatriz está borrada con pavimento. Pero no la que quedará en la memoria.
Convocados por la agrupación 22 de Abril en Guadalajara, la caravana iba presidida por el Santísimo, manifestación de la religiosidad del barrio.
Los creyentes encomendaron a sus deudos, a los que sobreviven, y a los que ahora padecen otras graves problemáticas en el antiguo barrio, antaño poblado indígena.
La procesión arribó a la explanada del templo de San Sebastián de Analco donde se celebró una misa, a la que asistió el presidente municipal suplente de Guadalajara, Marco Valerio Pérez.
En el jardín, la fuente del monumento inmemorial lucía ya arreglos florales. Ahí en punto de las 12:30 tendrá lugar una ceremonia luctuosa.
Milenio
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