Este jueves la fiscalía alemana ha confirmado que sólo uno de los pilotos estaba en la cabina en el momento del accidente. "Se ha descartado que haya tenido un problema físico, un mareo o un infarto porque la respiración es normal", sostiene el procurador de Marsella, Brice Robin, en una reunión con las familias de los 150 fallecidos en el avión Airbus 320 que se han desplazado hasta la zona del siniestro, añadiendo que cree que "voluntariamente el copiloto no quiso abrir la puerta al comandante". "No puede ser un error, ni siquiera caer y golpear con la cabeza", afirma.
El fiscal afirma que "al principio el piloto y el copiloto hablan normal", pero que "después se escucha cómo se prepara el aterrizaje", entonces "el piloto le pide al copiloto que coja los mandos del avión, se oye el ruido de la puerta y sale el piloto". Después, "se escuchaban gritos del comandante pidiendo que le deje entrar a la cabina, pero no hay respuesta del copiloto (…) la respiración nos indica que el copiloto estaba vivo. Lo llaman los controladores aéreos, no hay respuesta".
De esta forma, el fiscal establece que en el momento en que el copiloto se encontraba solo, "manipula los botones para activar el descenso del avión", por lo que la interpretación más plausible es que el copiloto voluntariamente se habría negado a abrir la puerta de la cabina al comandante y de la misma manera habría activado el botón para perder altitud.
Asimismo, el fiscal recalca que las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder ya que en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto. "La muerte ha sido instantánea", sostiene.
El copiloto, identificado como Andreas Lubitz, alemán de 28 años, llevaba trabajando para la compañía aérea Germanwings desde septiembre de 2013 y había completado 630 horas de vuelo. El comandante que se hallaba fuera de la cabina de vuelo ha sido identificado como Patrick Sonderheimer, según medios alemanes.
Varios medios alemanes afirman que era originario de la población de Montabaur (unos 13.000 habitantes), en la región de Renania-Palatinado. Según la alcaldesa de esa localidad, Gabriele Wieland, vivía en el pueblo en casa de sus padres, aunque también tenía vivienda en la ciudad de Düsseldorf, donde debía aterrizar el avión siniestrado.
El perfil de Andreas Lubitz en Facebook ha sido borrado. Según publicó en septiembre de 2013 la revista Aviation Business Gazette, Andreas Günter Lubitz fue incluido en esas fechas en la base de datos de la Federal Aviation Administration (FAA) en reconocimiento a la excelencia de su formación.
Germanwings, en su cuenta de Twiter, se declara "conmocionada" por las revelaciones en torno al copiloto de su compañía. Por su parte, el presidente ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr, ha afirmado en una rueda de prensa en el aeropuerto de Colonia que Lubitz terminó su formación en 2008 y que su actitud era "impecable". Trabajó primero como auxiliar, ha explicado Spohr, que también ha revelado que hubo un paréntesis en su formación hace seis años, por lo que el piloto fue examinado de nuevo cuando remotó la actividad.
Lubitz era socio de un club de vuelo de su localidad, según han adelantado varios medios. El LSC Westerwald colgó en su página web una nota de pésame tras el accidente en la que destaca que el copiloto era miembro de la organización desde hacía años. "Andreas murió como primer oficial de servicio en la catástrofe aérea", anuncia la nota. El club explica que Lubitz comenzó como piloto de planeadores, de vuelo sin motor, y se formó hasta ponerse a los mandos de un Airbus. "Cumplió su sueño de volar, sueño que ahora ha pagado caro con su vida", añadía el club.
En declaraciones a Reuters, un miembro del club ha manifestado que todos los pilotos pasan controles periódicos para comprobar que están bien física y mentalmente. Ha calificado de "inimaginable" la posibilidad de que Lubitz estrellara el avión y ha pedido que no se saquen conclusiones precipitadas hasta que concluya la investigación.
La familia del copiloto se ha trasladado al pueblo francés de Seyne-les-Alpes, desde donde se dirige el rescate de los cuerpos de las víctimas y de los restos del avión. Los familiares de la tripulación del aparato no están junto a los de los pasajeros fallecidos.
La policía se ha apostado junto a la vivienda de la familia Lubitz en Montabaur tras conocerse la identidad del copiloto.
En relación con las revelaciones de la fiscalía francesa, Der Spiegel informa de que el comandante abandonó la cabina para ir al baño. El fiscal francés ha explicado que al intentar regresar, la puerta estaba bloqueada y se escuchan "llamadas del comandante, por el interfono, identificándose, pero sin recibir respuesta del copiloto". "Su respiración, en apariencia al menos es una respiración normal", ha añadido antes de afirmar que "nada permite decir que se trata de un atentado terrorista".
Según informa la emisora francesa Radio Europe 1, el piloto, que se quedó fuera de la cabina antes del siniestro, volaba para Lufthansa y Germanwings desde hacía 10 años y era, por tanto, un profesional experimentado con más de 6.000 horas de vuelo.
El periódico alemán Bild, que adelantó también el nombre del copiloto y la inicial de su apellido, afirma que el comandante del avión se llamaba Patrick S. y que era padre de dos hijos. Un piloto ya jubilado que le conocía ha confirmado que era un profesional "muy experimentado, uno de los mejores". "Estoy convencido que ambos [el piloto y el copiloto] hicieron lo que pudieron", ha manifestado este hombre, que ha descrito a Patrick S. como "un buen padre" y "una persona con humor".
La fiscalía alemana confirmó esta mañana que uno de los pilotos estaba fuera de la cabina en el momento del accidente y no logró volver a entrar pese a golpear la puerta con insistencia, según había publicado The New York Times esta noche en su página web.
Andreas Lubitz, en su perfil de Facebook, ya eliminado.