Con varios cálculos matemáticos, llegaron a la conclusión de que comprando unos US$ 100.000 en boletos, se garantizaban el éxito. En un principio, los cálculos que habían realizado confirmaban que debían gastar unos US$ 600.000 en tickets y por eso sólo apostaban cuando el pozo superaba los 2 millones de dólares.
El éxito que lograron fue tan grande, que dejaron el trabajo y el estudio de lado y se dedicaron a atraer inversores para que fueran parte de ese sistema de apuestas.
Las investigaciones confirmaron que en 2005 ya habían ganado unos 8 millones de dólares y para 2010 tenían la técnica tan depurada, que podían ganar el premio mayor con un solo intento de juego.
Según la legislación vigente, no es ilegal comprar miles de boletos de dos dólares cada uno, pero finalmente las autoridades confirmaron que no habrá más sorteos este año y que no se presentarán cargos contra los estudiantes, ya que no hubo ningún tipo de manipulación de la lotería.