El Pontífice ha hecho estas manifestaciones durante la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, en la que se ha referido a la parábola de los labradores malvados, del Evangelio de Mateo y a los tres modelos de cristianos en la Iglesia: los pecadores, los corruptos y los santos.
Francisco ha señalado que de los pecadores no es necesario hablar demasiado, "ya que todos lo somos, nos conocemos desde dentro y sabemos qué es un pecador y si alguno de nosotros no se siente así, que vaya a la consulta de un médico espiritual".
El Obispo de Roma ha añadido que la parábola habla de otra figura, la de aquellos que quieren adueñarse de la viña y han roto relaciones con el dueño de la misma, "un patrón (Dios) que nos ha llamado con amor, nos custodia y nos da libertad, pero esas personas se sienten fuertes y autónomas de Dios".
"Esas personas, poco a poco han roto esa relación con Dios y dicen: nosotros no necesitamos a ese patrón, que no venga a molestarnos. Esos son los corruptos, aquellos que eran pecadores como todos nosotros, pero han dado un paso adelante, se han consolidado en el pecado", ha asegurado Francisco.
El papa Bergoglio ha agregado que los corruptos "son un peligro también para los cristianos, ya que sólo piensan en ellos", en su grupo.
El pontífice ha advertido de que Judas, "de pecador avaro acabó en la corrupción" y subrayó que los corruptos "son grandes desmemoriados, han olvidado el amor con el que Dios ha creado su viña, y se han convertido en adoradores de sí mismos".
"¡Cuánto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana, que el Señor nos libere de caer en ese camino de la corrupción!", ha agregado el papa, que ha recordado al apóstol Juan, que decía que los corruptos "son el anticristo, están en medio de nosotros, pero no son de los nuestros".
El papa argentino ha implorado a Dios la gracia "de no convertirnos en corruptos". "Pecadores sí, corruptos no", ha subrayado Francisco, que ha recordado que hoy se cumplen 50 años de la muerte del beato papa Juan XXIII (25 de noviembre 1881-3 de junio de 1963), al que ha puesto como "modelo de santidad".