Los periodistas que suben al avión Air Force One son minuciosamente examinados por un equipo de seguridad del presidente de Estados Unidos.
La aeronave en la que viaja el mandatario del país y en el que los periodistas le acompañan está llena de todo tipo de lujo para amenizar la estancia de los pasajeros que suben a bordo, no obstante esto crea una confianza que sobrepasa algunos límites permitiendo el robo de objetos que están en el avión.
La semana pasada Washington hizo un llamamiento a los periodistas para que dejasen de robar estas pertenencias. Un informe reciente en el que se hacía un recuento de los enseres del avión ha revelado que faltan objetos de la sala de prensa.
Un hecho que se ha acrecentado en febrero de este año.
Durante años, decenas de periodistas se han hecho propietarios de vasos de whisky grabados con insignias del Air Force One hasta copas de vino.
Múltiples medios estadounidenses recogen anéctodas de cómo los reporteros se llevan vajillas en sus mochilas y se escucha el tintineo de los platos de porcelana mientras bajan las escaleras de la aeronave. O cómo un pasajero, cuya identidad no ha sido revelada, dijo que cogía todo lo que no estaba atornillado.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca envió un correo a sus colegas recordando que está prohibido sacar objetos del avión, que este comportamiento era una mala imagen de los periodistas que viajan con el presidente de EE.UU. y que debían cesar estos hurtos. Algunos de los objetos más robados en los últimos tiempos son fundas de almohada, vasos y platos con montura de oro.
Muchas de estas pertenencias no acaban en las vitrinas como una exposición de trofeo, si no más bien terminan en páginas web como eBay y sitios de artículos coleccionables presidenciales donde los vendedores se rascan los bolsillos para conseguir una buena cantidad de dinero.