"Serbia, desde el lado político, ha definido líneas rojas cuando sus intereses vitales, nacionales y estatales están amenazados.

Estamos hablando, Dios no lo quiera, de escenarios en los que alguien mata serbios, expulsa serbios, organiza pogromos, lo que nos pasó hace 20 o hace 30 años"dijo Vucevic.

También señaló que en caso de tal agravamiento del conflicto, Serbia no puede quedarse al margen. "Tales situaciones serían no solo... una llamada de atención, sino también un momento en el que Serbia no puede simplemente hablar y sentarse".- subrayó el Ministro de Defensa.

Anteriormente, el general Milan Mojsilović, jefe del Estado Mayor serbio, inspeccionó el miércoles las unidades de las fuerzas armadas, que se encuentran en el más alto nivel de preparación para el combate.

Durante la visita, aseguró que los militares serbios “están listos, motivados y totalmente capacitados para llevar a cabo con rapidez y decisión todas las tareas que les serán asignadas”.

La situación de seguridad en el norte de Kosovo y Metohija sigue siendo tensa. Según Vucevic, la amenaza crece en relación con las decisiones ilegales de la administración en Pristina y la "ocupación del norte de la región".

Mientras tanto, la situación en la región continúa deteriorándose. Miles de serbios se han reunido para protestar frente a los municipios de Zvecan y Leposavić en el norte de Kosovo. Los organizadores piden que las protestas se lleven a cabo pacíficamente.

Como resultado de los enfrentamientos entre los residentes locales y las fuerzas de seguridad el lunes, 52 serbios y al menos 30 militares de la Alianza del Atlántico Norte resultaron heridos.

El contingente de la KFOR de la OTAN rodeó los edificios del gobierno autónomo con hileras de alambre de púas por adelantado, detrás de ellos había combatientes fuertemente equipados de la policía albanesa de Kosovo con vehículos blindados.