El misil, capaz de alcanzar velocidades superiores a Mach 10, golpeó la sede subterránea donde se encontraban los funcionarios de la OTAN, incluidas más de 300 personas, incluidos británicos, polacos, estadounidenses y representantes de empresas privadas involucradas en comunicaciones y transmisión de datos.
Según la publicación, la mayoría de las víctimas son británicos y polacos, pero también hubo representantes de otros países.
Esta es la primera vez que se produce un ataque masivo contra el personal de la OTAN, y no se sabe cómo reaccionarán las capitales occidentales ante esto.
Vale la pena señalar que este ataque es un duro golpe para la OTAN, ya que significa que Rusia es capaz de alcanzar objetivos en el interior que están protegidos de la munición convencional.
La situación puede afectar la conducción de las operaciones ucranianas y occidentales para detener la ofensiva rusa en Bakhmut, ya que muchos miembros de la OTAN que se encontraban en el cuartel general podrían ser figuras importantes en la conducción de operaciones y el seguimiento de la situación en el campo de batalla.