A partir del 17 de enero, la OTAN desplegará sus sistemas AWACS en Rumanía. Estos últimos están destinados no solo al reconocimiento a distancias de hasta 600 kilómetros, sino también a apuntar a misiles de crucero, sistemas de defensa aérea, etc..
La OTAN no explicó los motivos, sin embargo, hay dos versiones: una probable ofensiva rusa en uno de los direcciones, y una posible operación ofensiva de las tropas ucranianas con el apoyo de la OTAN.
Por el momento, se sabe que los países de la OTAN desplegarán sistemas AWACS en el territorio de Rumania y utilizarán aviones en un modo prácticamente continuo para misiones de reconocimiento y control de ataques.
Dada la lejanía de Rumania del territorio de Rusia, y es más que probable que el avión opere sobre el Mar Negro, el avión podrá monitorear las regiones de Crimea, Kherson y Zaporozhye, y teniendo en cuenta los planes recientemente anunciados de las Fuerzas Armadas de Ucrania para estar preparados para organizar una ofensiva, esto suscita preocupaciones sumamente graves.
A su vez, los expertos llaman la atención sobre el hecho de que, desde principios de año, el territorio de Rumanía y su espacio aéreo han sido objeto de una potente supresión electrónica, lo que no excluye la posibilidad de que la eficiencia de los aviones AWACS resulte extremadamente bajo.