"La reina de Cuba" era la expresión que usaban los miembros de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos para referirse a Ana Montes.
En la práctica, el mismo apodo se lo habrían podido adjudicar los servicios secretos de La Habana.
Montes llegó a ser la principal analista dedicada a temas políticos y militares sobre la isla dentro de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA, por sus siglas en inglés), donde desarrolló una exitosa carrera entre 1985 y 2001. En ese lapso, Montes obtuvo varios ascensos, así como 10 reconocimientos especiales por su trabajo, incluyendo un Certificado de Distinción de Inteligencia Nacional -el tercer galardón más importante en este campo- que le fue entregado en 1997 por el entonces director de la CIA George Tenet.
Por fin se hará justicia. Pasaron 21 años, pero el próximo 8 de enero la ciudadana estadounidense Ana Belén Montes comenzará un régimen de libertad condicional por cinco años. El 21 de septiembre de 2001 una corte Federal de Estados Unidos la acusó de “conspiración para cometer espionaje”, y de entregarle a Cuba ”información clasificada para que pudiera defenderse“.
La condenaron el 16 de octubre de 2002 a 25 años de prisión, pero su único “gran delito” fue poner la conciencia por encima de la seguridad personal y de una carrera exitosa.
Era oficial de alto rango en la Agencia de Inteligencia Militar (DIA, por sus siglas en inglés), del Pentágono, y estaba a cargo de Cuba.
Hasta el 8 de enero estará encerrada en la prisión del Federal Medical Center, ubicada dentro de las instalaciones de la base aeronaval Fort Worth, en Texas y reservada para criminales muy peligrosos y con problemas psíquicos.
Sujeta a un extremo régimen de aislamiento, solo puede recibir las visitas de su padre y hermanos. Tampoco se le permite relacionarse con ninguna otra detenida, hablar por teléfono, recibir periódicos, ver televisión.
Nadie puede indagar por su salud. Desde hace más de 20 años solo es la prisionera FMC 25037-016. A sus 65 años abandonará el penal y lo hará con la misma actitud con la que asimiló su condena.
Según su abogado defensor, Plato Cacheris, Montes cometió actos de espionaje debido a razones morales, porque “ella sentía que los cubanos eran tratados injustamente por EE.UU.”.
En un controvertido artículo publicado en diarios de amplia circulación y con fuentes privilegiadas, acceso a documentos clasificados y a su escasa correspondencia desde la cárcel, tratan de presentarla como una soplona tenebrosa, la última en el juego mortal de la Guerra Fría. Pero cometen el error de citar una carta a un familiar en la que Ana Belén dice “no me gusta nada estar en prisión, pero hay ciertas cosas en la vida por las que merece la pena ir a la cárcel”, con lo que dejan pistas al lector de la verdadera naturaleza del castigo a esta mujer, reseña el sitio web cubano Cubadebate.
En otro artículo del periodista y escritor colombiano, Hernando Calvo Ospina, describe que Ana Belén, antes de escuchar su sentencia, leyó un breve texto donde expresó: “Yo me involucré en la actividad que me ha traído aquí porque obedecí a mi conciencia más que obedecer a la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, por eso me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político (…) Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante las últimas cuatro décadas.
Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia (…) Yo solamente puedo decir que hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia”.
En la cárcel de máxima seguridad, donde estuvo por más de dos décadas, estuvo sujeta a un régimen extremo de aislamiento que solo permitía visitas de su padre y hermanos. Le estaba prohibido relacionarse con otras detenidas, hablar por teléfono, recibir periódicos, ver televisión y hablar sobre su salud.
Su cumpleaños 66 será el 28 de febrero próximo. Por primera vez en poco más de 20 años los celebrará con su familia. Su conciencia sigue tranquila.
Y todos estos años la sostuvo el amor, partidario incondicional de la justicia.
Reacciones En Puerto Rico, su prima, Miriam Montes Mock, ha estado al frente de una mesa de trabajo para difundir su caso, que llevó al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, difundió El Nuevo Día.
Montes Mock denunció que a su familiar le practicaron en 2016 un mastectomía. Su recuperación la hizo encadenada de manos y pies y solo le pudo ser administrado paracetamol para calmar los dolores de la radioterapia.
Por su parte, Milagros Rivera, presidenta del Comité de Solidaridad con Cuba, de Puerto Rico, celebró la liberación y dijo que fue encarcelada "por su compromiso de conciencia ante la política criminal de EE.UU.", recoge Prensa Latina.
En la misma línea se manifestó el presidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) de Puerto Rico, Julio Muriente Pérez, refiere otra nota del mismo medio cubano.
"Ana Belén Montes es una heroína; una extraordinaria heroína", expresó y aseveró que "ella no traicionó al Gobierno estadounidense porque nunca le fue leal; su lealtad estuvo con la justicia y el respeto a la soberanía de los pueblos".
Del mismo modo, expresó que Montes "representa una gran victoria para nuestros pueblos en lucha y una enorme derrota para el afán hegemónico de Washington".
Tarjetas para Ana Belén Montes El Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos convocó a una Campaña de Postales para expresar el cariño, el amor y el inmenso respeto hacia ella.
Para ello instan a expresar la solidaridad y el amor necesarios para ella en esta nueva etapa de su vida. Las postales pueden enviarse a:
Ana B Montes
Suite 149
Esmeralda 53
Guaynabo, PR, 00969