Kevin Hyde (64) y Joe DiTommasso (76) zarparon de Nueva Jersey a Florida con su perro llamado Minnie, pero se perdieron en el mar durante días, hasta ser milagrosamente avistados por un barco tanquero.

Diez días pasaron a la deriva y llegaron a estar sin mástil, electricidad, gasolina ni comida, y apenas con algo de agua potable.

Hasta que la tripulación de un carguero internacional los vio y rescató usando una red de carga.

¿Cómo el enorme petrolero que se dirigía de Ámsterdam a Nueva York tropezó con el maltratado velero perdido en el mar que transportaba a los dos amigos de Cape May (NJ) al borde de la muerte?

El capitán del barco lo llama intervención divina. “Dios me envió para salvarlos…”, dijo Neeraj Chaudhary.

No solo estaban secos, sino que también estaban de buen humor cuando su largo y peligroso viaje finalmente llegó a su fin.

"Mi nieta. Y la cruz de Jesús. Todas las mañanas me levantaba y la besaba y decía el padre nuestro.

Y si nadie no cree que hay un señor, tiene un problema", dijo Ditomasso.

Ditomasso dijo que pensó que nunca volvería a ver a su familia.

El hombre de 76 años junto con su amigo Kevin Hyde y su perro fueron rescatados el martes por la Guardia Costera de EE. UU., aproximadamente a 214 millas al este de Delaware.

"Si miras el tamaño de su barco y el tamaño del océano, en comparación con este palillo en el que estoy flotando, solo para poder detectar eso, debido a la diligencia de su tripulación", dijo Hyde.

El barco cisterna comercial transportaba combustible de Ámsterdam a Nueva York cuando su tripulación los vio. "Dios envíe nuestro barco Silver Muna para salvarlos porque no recibimos ninguna señal de socorro", dijo la capitana de Silver Muna, Neerah Chaudhary.

"Mi segundo oficial acaba de notar que había algo". El Capitán Zeita Merchant, comandante del Sector de la Guardia Costera de Nueva York, dijo que fue un esfuerzo de rescate masivo.

Abarcaba más de 2100 millas cuadradas, desde Miami hasta Cape Cod, Massachusetts.

Los navegantes partieron de Cape May, Nueva Jersey, de donde son, el 27 de noviembre en un velero de 30 pies con destino a Florida.

Perdieron la comunicación el 3 de diciembre en Carolina del Norte. Diez días después estaban fuera de curso. Camino fuera de curso. No tenían combustible, ni energía, ni radios, ni navegación, y poca comida.

"No teníamos más agua, no dejamos nada", dijo Ditomasso.

"Estábamos succionando agua de las líneas de agua.

Cortándolas solo para obtener agua.

No tuvimos agua durante dos días.

Y Minn, tuvimos que evitar que bebiera. Ella quería beber todo".

Hyde dijo que giraron hacia el sur en Hatteras cuando una gran tormenta los desvió de su rumbo.

Los marineros perdieron parte de su mástil.

"Una vez que cortamos ese mástil, mares de 40 pies. Había montañas que yo las estaba observando", dijo Ditomasso.

"Nunca había escuchado un viento tan malo. Sonaba como si el diablo estuviera ahí afuera".

Cuando se les preguntó si lo harían todo de nuevo, tuvieron respuestas mixtas.

"Claro, por qué no. Todavía no estoy muerto", dijo Hyde. "No. Me quedaré más cerca de la costa", dijo Ditomasso.

Ditomasso tenía que agradecer a un miembro especial de su familia por mantenerlo con vida.

"Todo lo que le pedí al señor fue ver a mi nieta", dijo. Navidad en familia es lo que los dos marineros dijeron que esperan con más ansias ahora que están de vuelta en tierra.