El portavoz del movimiento palestino de la Jihad Islámica, Tariq Ezz El-Din, confirmó que las fuerzas de ocupación de 1967 continúan violando los lugares sagrados palestinos, islámicos y cristianos en la ciudad ocupada de Jerusalén, restringiendo a los cristianos palestinos y limitando su libertad de movimiento y levantando barreras y cerrando las puertas que conducen a la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén para celebrar el Sábado Santo.
"Nosotros en el Movimiento Jihad Islámica, al denunciar esta flagrante agresión contra la libertad de culto y la práctica de los ritos religiosos, afirmamos que el enemigo, con su política terrorista, tiene como objetivo a todo nuestro pueblo con todas sus sectas y componentes y viola las santidades islámicas y cristianas", señaló.
Por su parte, el Frente Popular para la Liberación de Palestina confirmó que el ataque de la ocupación al clero y su decisión de restringir las celebraciones del “Sábado Santo” en la Iglesia del Santo Sepulcro, su plaza y sus alrededores, se enmarca en el ataque sistemático de los lugares santos en la ciudad de Jerusalén”.
El Frente subrayó: "El derecho del pueblo palestino a practicar sus ritos religiosos libremente, es un derecho que requiere sacrificios y el ejercicio de todas las formas de resistencia legítima para acabar con la ocupación". A su vez, Izzat al-Rishq, miembro del buró político de Hamas, afirmó el rechazo del movimiento a las violaciones de la ocupación contra la Iglesia del Santo Sepulcro y los fieles cristianos, y pidió a la comunidad internacional que detenga la política de doble rasero en el trato con la cuestión palestina.
Este sábado, la corresponsal de Al Mayadeen en la Jerusalén ocupada informó que las fuerzas de ocupación impidieron que los cristianos accedieran libremente a la Iglesia del Santo Sepulcro y agregó que uno de los sacerdotes fue atacado mientras se dirigía a la Iglesia del Santo Sepulcro.
Agregó que las fuerzas de ocupación se desplegaron fuertemente en Jerusalén e impusieron restricciones a la entrada de cristianos que se dirigían a la Iglesia del Santo Sepulcro.