La filial lusa de la multinacional suiza Nestlé retiró este martes de manera voluntaria todos los embalajes de una lasaña destinada a la restauración que comercializaba en Portugal y en la que se han detectado vestigios de carne de caballo.

Según declaró el responsable de comunicación de Nestlé en Portugal, António Carvalho, se ha retirado de restaurantes, hoteles y cafeterías un lote del producto cuyo contenido de carne equina era mayor al 1%, lo cual supone «adulteración o grave negligencia» según las autoridades. Pero la medida «no se debe a un problema de seguridad alimentaria, porque la carne de caballo es perfectamente consumible por los humanos, sino una cuestión de fraude en el etiquetado», indicó Carvalho.

Desde la firma también se indicó que están suspendidas las relaciones con la empresa alemana H.J. Schypke, un subcontratista de su proveedor JBS Toledo N.V. que suministraba la carne de ese producto.

Hasta que los análisis queden «normalizados» las lasañas serán sustituidas por otras semejantes de la marca, aunque los consumidores pueden estar tranquilos porque «el problema se identificó y ya está solucionado», aseguró Carvalho.

La misma lasaña se comercializaba en Francia, donde también se ha llevado a cabo su retirada. En España e Italia también han sido retirados raviolis y tortellinis de carne de la marca Buitoni por la misma causa.

Los análisis para comprobar la composición de diversos productos envasados se ha realizado en Portugal tras el descubrimiento de carne de equino en comidas preparadas vendidas en países de la Unión Europea como Alemania, Reino Unido o Bélgica, donde también fueron retirados varios productos.