Y no fue la única.
La picante verdad salió a la luz después que uno de los marineros informara a los comandantes superiores de las relaciones 'inapropiadas' del capitán de la nave y su segundo al mando con dos mujeres que servían en el HMS Vigilant.
Ambos altos oficiales ya fueron suspendidos para el período de investigación.
Los tabloides británicos identificaron a una de las mujeres implicadas, la oficial de ingeniería Rebecca Edwards.
El periódico The Sun destaca que otros oficiales de la tripulación prácticamente "organizaron un motín" al enterarse de las relaciones sexuales de su comandante con una subordinada, considerando el asunto como un golpe contra la camaradería en la nave.
Según los medios británicos, cinco marineros amenazaron con presentar su despido en caso de ser ignoradas esas revelaciones. En cualquier caso, destacan, "las carreras de múltiples oficiales ya se pueden considerar hundidas".
El servicio de las mujeres oficiales fue admitido en el Reino Unido en 2011. Al mismo tiempo, un estricto código de conducta fue introducido: las relaciones románticas dentro de la cadena del mando están totalmente prohibidas.
Si la pareja no pertenece a la misma cadena del mando, pueden mantener relaciones bajo la condición de 'no tocar' ('no touching') durante las misiones.