Pero un video recientemente obtenido y divulgado por la televisora ABC sugiere que, al menos en su caso específico, los oficiales implicados violaron los procedimientos oficiales y mostraron crueldad y cinismo de modo escandaloso.
En 2013, el mexicano Cruz Velázquez llegó al cruce fronterizo en San Ysidro, California, con la intención de entrar a Estados Unidos. Tenía solo 16 años y buscaba cruzar a través del puerto fronterizo formal.
Pero al ser entrevistado por los agentes de Inmigración y Aduanas Valerie Baird y Adrian Perallon, se identificó que Velázquez llevaba consigo una botella con un líquido de color amarillento, que el adolescente dijo que se trataba de jugo de manzana. Más tarde se reveló que se trataba de una solución cargada de grandes cantidades de metanfetaminas. Pero los oficiales, al parecer sospechando que dentro de esa botella había algo ilegal, le habrían indicado o sugerido al joven que bebiera de ella. Es común que traficantes pidan a viajeros, incluso menores de edad, que porten materiales ilícitos en su cruce fronterizo a cambio de un poco de dinero, y Velázquez habría cometido la falta de aceptar y prestarse a ese tráfico.
Pero aunque podría decirse que los agentes buscaban que quedara patente el contenido ilícito de la botella, lo que sucedió constituyó un abuso trágico y cruel. Como se ve en el video obtenido por ABC, los oficiales indujeron y luego permitieron al joven en varias ocasiones beber del líquido, mientras se sonreían entre sí con expresión de desdén y burla hacia el joven y, presumiblemente con plena conciencia de lo que estaba pasando.
El joven bebió varias veces del líquido y, al poco tiempo, comenzó a sufrir graves trastornos y murió por sobredosis. En su momento, de acuerdo a ABC, los oficiales negaron haberle pedido a Velázquez beber de la botella y afirmaron que todo fue un accidente. Pero el video sugiere lo contrario: que ellos tuvieron participación en los hechos que llevaron a la intoxicación y muerte del adolescente.
Eso habría vulnerado los protocolos de la propia agencia de Inmigración y Aduanas, señaló ABC, pues de acuerdo a expertos consultados por esa televisora lo procedente cuando un oficial tiene la sospecha de que una botella contiene sustancias controladas o prohibidas es ordenar un análisis de ello. No hacérsela beber, ni incluso sugerirlo o meramente tolerarlo, a quien lo porta.
Por ello se ha alegado que el hecho, además de trágico, habría constituido una posible negligencia que responsabilizaría en cierto grado a los oficiales con la muerte del menor. El intento de Velázquez de introducir una sustancia ilícita al país debió ser ciertamente evitado, pero la forma en la que eso sucedió fue ominosa y abusiva, una violación de sus derechos humanos.
El abogado de la familia del joven dijo que se trató de una “falta de compasión y de decencia ante un chico de 16 años”, indicó ABC, y congresistas federales como Zoe Lofgren y Bennie Thompson condenaron lo hecho por los oficiales. Longfren incluso dijo que ellos le infringieron al joven “una sentencia sumaria de muerte”, algo que “no es solo inmoral sino también ilegal”.
La familia demandó al gobierno de Estados Unidos y a principios de este año obtuvo una indemnización de un millón de dólares para cerrar el caso. Pero nunca se reconoció que los oficiales hubiesen hecho algo incorrecto, ni hubo disculpa o reconocimiento alguno al respecto. Ambos oficiales continúan en su puesto sin, inclusive, haber sido apercibidos por lo que hicieron (lo que se cobró la vida de un adolescente y costó un millón de dólares al erario público).
Es posible que el video recién revelado haga cambiar las cosas en este caso y aunque ciertamente puede afirmarse que la gran mayoría de los oficiales de Aduanas e Inmigración Fronteriza realizan su trabajo cumpliendo los protocolos autorizados, casos como este sacuden a la opinión pública, ponen en entredicho a la agencia y muestran que es necesario –como comentó el consulado mexicano en San Diego– mayor transparencia y rendición de cuentas en las actividades de control de inmigración.
Jesús del Toro