Hace cuatro meses, una mujer de 55 años murió en Montreal (Canadá) tras sufrir un ataque por parte del pitbull de su vecino. Fue Farid Benzenatti, el dueño del animal, quien encontró el cadáver. Ahora, la ciudad (que ronda los 4 millones de habitantes) ha aprobado una controvertida legislación prohibiendo tener este tipo de raza, así como cualquier otra de las llamadas peligrosas.
La ordenanza fue ratificada el 27 de septiembre y se espera que entre en vigor el 3 de octubre. Según contempla el texto, las personas no pueden comprar ni adoptar perros de la raza pitbull o razas peligrosas, y quien ya tenga este tipo de animal deberá cumplir una serie de normas para poder mantenerlo.
Entre estas, figura inscribirles en un registro para obtener una licencia especial, insertarles un microchip, esterilizarlos y tener el carnet de vacunas actualizado. Pero además se añade el uso obligatorio del bozal así como tener una correa de 1,20 metros. La consecuencia del incumplimiento será el sacrificio del animal.
Los defensores de los derechos de los animales han visto esta ordenanza -que prosperó por 37 votos a favor y 23 en contra- como "una sentencia a muerte" para muchos perros.
En el otro lado, los defensores de esta dura medida, como por ejemplo el propio alcalde de Montreal, Denis Coderre, afirman que esta disposición es una forma de proteger a los ciudadanos. Según la Sociedad de Prevención de la Crueldad Animal de Montreal, cerca de un tercio de los perros dados en adopción cada año son pitbull.
La medida no ha dejado indiferente a nadie, hasta el punto de que veterinarios y refugios tratan de enviar estos perros a otras ciudades para evitar su sacrificio. De inmediato, las redes sociales se han puesto mayoritariamente de lado de los defensores de los perros.