En California, ladrones robaron grabados rupestres creados por los pueblos nativos de Estados Unidos.
Al menos cuatro petroglifos -un tipo de grabado realizado sobre roca y obtenido por descascarillado o percusión- fueron sustraídos con sierras mecánicas de un sitio sagrado en las montañas californianas, mientras que otros resultaron dañados.
Más de 3.500 años atrás estas imágenes de cazadores y animales, y de diseños geométricos, fueron talladas en acantilados de lava y habían sobrevivido hasta ahora a vientos, inundaciones y terremotos.
Líderes indígenas dicen que todavía usan la zona para educar a los niños sobre su historia y creencias espirituales.
Las autoridades federales calificaron el robo de los petroglifos como un acto de vandalismo de la peor clase.