por un libro de filosofía que este había escrito. Ambos decidieron encontrarse para discutir su trabajo y, poco después, comenzaron a escribirse. Un intercambio epistolar que duró años. Las cartas entre Wojtyla —elegido papa en 1978— y Tymieniecka se han mantenido lejos de la luz pública en la Biblioteca Nacional de Polonia durante años. Los documentos revelan, según un documental que emitirá la BBC, una cara distinta del Pontífice.
Las fotografías que divulga la BBC muestran al futuro Papa en momentos de relajamiento, y en una de ellas aparecen ambos hablando durante una excursión de cámping, él en pantalón corto y camiseta y ella con una falda larga. Según la cadena pública, Wojtyla la invitó a acompañarle en caminatas por la montaña y salidas de esquí, y hay imágenes de visitas de ella al Vaticano.
En 1976, el entonces cardenal asistió a una conferencia en Estados Unidos y Tymieniecka le invitó a quedarse en su casa familiar en el campo en Nueva Inglaterra. Es posible que en esa visita ella le revelara «intensos sentimientos», aventura la BBC, pues la posterior correspondencia por parte de él, añade la emisora, muestra a un hombre luchando por comprender sus propios sentimientos.
Tras convertirse en Papa, le escribió más misivas, en una de las cuales le dice que la correspondencia continuará. «Prometo que lo recordaré todo en esta nueva fase de mi viaje», reza el texto.
Las cartas de Wojtyla eran, al principio, más bien formales pero a medida que su amistad con Tymieniecka —casada desde 1956 y con tres hijos— se fue haciendo más estrecha, las misivas se fueron volviendo más íntimas. En ellas, no obstante, no hay ninguna evidencia de que el Papa rompiera sus votos de celibato, precisa la BBC. Wojtyla y Tymieniecka trabajaron conjuntamente en una versión ampliada de la obra del arzobispo de Cracovia, que finalmente se publicó en 1979, un año después de que él fuera elegido papa; tenía 58 años y se transformó en el pontífice más joven del siglo XX. Se reunieron muchas veces. A veces con sus secretarias presentes; otras veces a solas. Y siguieron escribiéndose.
La amistad entre la filósofa y el pontífice, que murió en 2005, no era desconocida. Él la visitó en Estados Unidos en 1976, cuando asistió a una conferencia católica. Ella también le visitó muchas veces en el Vaticano. Algunas fotografías que nunca se habían difundido les muestran juntos. Compartieron varios viajes por el campo y vacaciones de esquí ; ella le visitó varias veces en el Vaticano. Y él, describe a Tymieniecka como un “regalo de Dios”.
Sin embargo, las cartas de Juan Pablo II sugieren que la mujer parecía mostrar intensos sentimientos por él. En una de esas misivas, fechada septiembre de 1976, el pontífice escribe: "Mi querida Teresa, he recibido las tres cartas. Escribes sobre sentirte desgarrada, pero no puedo encontrar ninguna respuesta a esas palabras”. Las cartas de la filósofa estadounidense, que murió en 2014, sólo unos meses después de que Juan Pablo II fuera canonizado, no se han revelado.
Wojtyla regaló a Tymieniecka una de sus posesiones más preciadas, un escapulario. También la describe como «un regalo de Dios», y, en una carta del 10 de septiembre de 1976, confirma que le regala un escapulario y añade: «La dimensión en la que acepto y te siento en todas partes y en todo tipo de situaciones, cuando estás cerca y cuando estás lejos». En una carta de diciembre de 1976 le explica el significado del obsequio: “Desde el año pasado estoy buscando una respuesta a tus palabras ‘Te pertenezco’, y finalmente, antes de dejar Polonia he encontrado la forma, un escapulario.