(el autodenominado Estado Islámico).
"Los terroristas extranjeros que han arribado a nuestro país pretendían ocuparlo, han matado a cientos de musulmanes y cristianos, han quemado nuestras iglesias y secuestrado a cientos de asirios solo en mi localidad", afirma Mijaíl, miembro de las milicias.
Agrega que para él quedaban solo dos salidas, o huir a otro país, o quedarse y defender Siria.
Anteriormente miles de extremistas del grupo terrorista Daesh, proscrito en Rusia y otros países, ocuparon en primavera las aldeas cristianas a lo largo del río Habur, en Siria, donde quemaron iglesias antiguas y asesinaron a centenares de asirios.
Los terroristas intentaron cuatro veces tomar la capital provincial, Hasake, al extremo noroeste de Siria, pero fueron rechazados por las milicias cristianas.
Los habitantes de la ciudad reportan que en los últimos seis meses en sus barrios ya no se registran bombardeos de artillería de los grupos terroristas, pero aún es muy grande el peligro de atentados, tanto coches bomba como ataques suicidas.
Mi deber, como el de cualquier sirio, afirma, consiste en eliminar a los asesinos que han llegado a nuestra tierra.
"Sé que los musulmanes amigos míos piensan igual, hay muchos países que llevan tiempo apoyando a los terroristas", afirmó Julian, jefe de una unidad de las milicias asirias, agregando que sus tropas necesitan solo un pequeño apoyo para devolver la paz a su territorio.