En el artículo explicaba cómo la cantante mandó a los empleados del hotel en el que estaba alojada hacer un viaje de casi 200 kilómetros para que recogieran una pizza que había pedido en su pizzería favorita de Londres. Una pizza que, según el artículo, quedó sin comer y fría, ya que la artista se quedó dormida antes de poder terminársela.
Adele se encontraba alojada en un hotel para cantar en Glastombury. En el artículo una fuente del hotel en que se hallaba explica que «La pizza aun estaba en la caja cuando la limpiadora entró en el cuarto a la mañana siguiente ». La cita continuaba: «Los trabajadores del Soho Farmhouse (el hotel en cuestión) estamos preparados para decir que sí a todo. Adele sacó el máximo partido de esto».
A pesar de todo, Adele no ha dejado pasar su oportunidad para tomar cartas en el asunto. En un concierto en Chicago esta semana dijo: «Yo nunca pediría a nadie que hiciera eso. Es ridículo». Y añadió: «Nunca pediría una pizza para luego comerla fría. Sin embargo, sí que podría mandar a alguien a por una pizza en un sitio cercano, pero si pido una pizza, me la como».