Así lo informó el periódico japonés Nikkei, citando a agencias de inteligencia surcoreanas y japonesas.
Estas medidas, según fuentes, constituyen un "protocolo estándar" de seguridad, utilizado desde la época de Kim Jong-il, padre del actual líder.
Además, después de las conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Pekín, el personal de Kim Jong-un destruyó cuidadosamente todo rastro de su presencia.
“Le quitaron el vaso del que bebió, limpiaron la tapicería de la silla y aquellas partes del mobiliario que el líder coreano tocó”.— escribió el corresponsal del Kremlin, Alexander Yunashev, en Telegram, publicando el vídeo correspondiente.
Tales acciones, según los analistas, tienen como objetivo impedir la recolección por parte de los servicios de inteligencia extranjeros de biomateriales que podrían proporcionar información sobre la salud del líder de la RPDC.