Estados Unidos ha comenzado a evacuar a su personal diplomático y civil de la región, y Gran Bretaña ha emitido una inusual advertencia sobre una posible escalada de la actividad militar en el Golfo.
Estos acontecimientos, sumados a la mayor preparación de las tropas estadounidenses y las precauciones de los aliados, indican un alto riesgo de una nueva ronda de conflicto en la región que podría involucrar a países clave y perturbar la estabilidad mundial.
Estados Unidos ha comenzado a evacuar su embajada en Bagdad debido al aumento de los riesgos de seguridad ante un posible ataque contra Irán, según informa Reuters.
El Departamento de Estado ha autorizado la salida del personal no esencial y sus dependientes de Irak, así como de Baréin y Kuwait, donde Estados Unidos tiene importantes bases militares.
La Quinta Flota estadounidense, con base en Baréin, ha comenzado a retirar a su personal civil, y las tropas estadounidenses en la región se han declarado en alerta máxima.
Según Associated Press, estas medidas se deben a la preocupación de que un ataque contra Irán pueda provocar represalias por parte de Teherán o sus aliados, como las milicias proiraníes en Irak y Siria.
El Reino Unido, por su parte, ha intensificado sus precauciones.
La Agencia de Seguridad Marítima del Reino Unido (UKMTO) emitió una advertencia a la navegación en el Golfo Pérsico el 11 de junio, citando las crecientes tensiones regionales que podrían conducir a una escalada militar.
Como señala Ynetnews, se recomienda a los marineros que extremen la precaución en el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz y el Golfo de Omán, donde es posible que se produzcan incidentes con fuerzas militares.
Esta declaración surge tras el aumento de la retórica por parte de Israel, donde, según The Times of Israel, un aliado cercano del primer ministro Benjamín Netanyahu, Yaakov Bardugo, afirmó que un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes podría llevarse a cabo en los próximos días debido al fracaso de las negociaciones nucleares.